En julio de 2012, empresarios de la transnacional Bata se presentaron en el humilde pueblo de Calpulalpan, Tlaxcala, para anunciar que como parte de una política internacional, su sistema de producción tendría que ser modificado. De esta forma, les propuso a los trabajadores, en su mayoría mujeres, maquilar el calzado en sus casas. La empresa pondría el material y recogería el producto terminado. Para las trabajadoras, algunas con más de treinta años en esa fábrica, no había prestaciones de ningún tipo, ni derecho a liquidación.
Tras varios intentos fallidos de negociación, la empresa decidió cerrar sus puertas y amanecer a los casi 250 trabajadores con la noticia de que no tenían más empleo. Este despido masivo y la negativa del pago de salarios y de indemnizaciones fue lo que hizo que las y los trabajadores emplazaran a huelga. Las autoridades a las que recurrió el sindicato le negaron personalidad jurídica y declararon inexistente su huelga. Desde entonces, los intentos de quebrarlos se han agudizado.
El pasado 18 de mayo, las y los trabajadores de Sandak enfrentaron un intento más por parte de las autoridades de vaciar la fábrica. Lograron evitarlo colocando vallas humanas delante de los camiones, haciéndolos retroceder. El 17 de agosto, Gustavo Labastida, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Calzado Sandak, fue detenido y presionado para renunciar al sindicato y firmar la terminación del Contrato Colectivo. Hasta el día de hoy permanece preso, acusado con todo el poder de Bata-Sandak de despojo y responsabilizándolos por pérdidas por 44 millones de pesos.
En mayo de 2013, esta empresa enfrentaría también movilizaciones en Chile, en donde el Sindicato 1 denunciaría bajos salarios e incumplimiento de pagos. Los trabajadores denunciaron que mientras la empresa les decía que había sufrido pérdidas durante 2012, contaban con documentos que acreditaban la repartición de dos mil 725 millones de pesos chilenos (el equivalente a 66,968,456 pesos mexicanos, aproximadamente) entre la junta de accionistas y sus ejecutivos, en el periodo de abril y diciembre del 2012, además del pago de un royalty que paga la empresa Bata a su familia en Suiza por un monto aproximado a mil 384 millones de pesos chilenos.
Ni una lucha aislada más
El ataque a las obreras de Sandak se da en el marco de duros golpes en contra del magisterio organizado.
En este marco, el pleno de la asamblea del sindicato de Sandak votó la realización de un festival en apoyo a su lucha, a cuyo llamado respondieron diversas organizaciones como el Movimiento de los Trabajadores Socialistas, la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas, la agrupación magisterial Nuestra Clase y el Frente de Escuelas Democráticas 25 de Febrero.
Este acontecimiento es de gran importancia en el marco de lo grandes ataques a los trabajadores. Las y los obreros de Sandak, se han organizado para enfrentara a la patronal y además tiene un fuerte apoyo de organizaciones más allá de Tlaxcala. Asisto, al evento, el Frente Único de Músicos y Artistas Revolucionarios (FUMAR) y más de un centenar de compañeras y compañeros en solidaridad con las obras de Sandak.
En próximas entregas seguiremos informado de esta lucha y del festival que de este 14 de diciembre. |