Cuando en los años 90 algunos planteaban la “desaparición de la clase obrera” o que ya no tenía fuerza como sector social a nivel mundial, el PTS ponía sus fuerzas en ser parte de los trabajadores de la industria, los servicios y otros sectores.
Luego de varios años de un trabajo gris, a veces difícil y contra la corriente, muchos de nuestros compañeros fueron poniendo en pie agrupaciones clasistas en distintos gremios, o se fueron transformado en delegados de base y parte de las comisiones internas combativas que han protagonizando importantes conflictos en los últimos años. Nadie puede negar hoy que la izquierda clasista se ha transformado en parte de las experiencias más avanzadas de la vanguardia obrera.
Pero además, en una referencia política para miles de trabajadores que rechazan a los partidos tradicionales y los buró- cratas sindicales que los apoyan. El millón de votos del Frente de Izquierda es expresión de eso. El peronismo, histó- ricamente ha buscado canalizar y desviar la fuerza de la clase obrera, impulsando la conciliación de clases, haciéndonos creer que hay patrones buenos y malos, que hay una burguesía buena que nos explota menos.
La burocracia sindical utiliza no sólo las mentiras sino también las persecuciones contra la izquierda para que no ganemos influencia entre los trabajadores. Para defender su modelo verticalista, que tantos privilegios y negocios les aporta, siempre acuden al discurso maccartista contra la izquierda, cuando son cuestionados y ven peligrar sus intereses. Pero nosotros defendemos las ideas de la izquierda revolucionaria, que son las ideas históricas de la clase obrera desde que empezó hace más de 200 años a luchar para sacarse de encima las cadenas de la opresión capitalista.
Algunos compañeros, aunque muchas veces tengan buenas intenciones, imitan esa política de intentar aislar a las nuevas experiencias del movimiento obrero de las corrientes de izquierda.
Es un error, que solo puede favorecer a los empresarios y a esa burocracia sindical que día a día combatimos en común. Nosotros impulsamos la unidad de los sectores combativos y la izquierda que se ha ganado un lugar en la vanguardia obrera y como referencia política, para construir la mayor fuerza posible. Y estamos convencidos que los trabajadores tenemos que hacer política. Hacer política desde nuestros propios intereses, desde nuestra clase, porque sino los partidos patronales lo hacen en nombre nuestro, pero en contra de nuestros intereses.
Los trabajadores debemos luchar por ser la cabeza y no la columna vertebral. Y eso solo lo lograremos cuando organicemos nuestro propio partido, un partido de trabajadores sin patrones. Los socialistas del PTS creemos que la única forma de que gobiernen los trabajadores, y conquistemos una sociedad sin explotadores ni explotados, es peleando todos los días por construir un partido revolucionario. | 
