“Si le va bien al empresario, le va a ir bien al trabajador”. Este pensamiento es bastante común entre los obreros. Mirar con rechazo al más pobre en vez de considerarlo un aliado, es una idea incrustada por los capitalistas y considerar un “socio” al patrón cuando en realidad es un enemigo.
Esto que para muchos puede parecer una exageración, está basado en la propia realidad. Es que la ganancia de los empresarios justamente se basa en la cada vez mayor explotación del obrero y no en mejorar su nivel de vida. Y justamente la única forma que el obrero tiene de mejorar su salario, derechos y conquistas es uniéndose, organizándose y luchando, afectando las ganancias de los empresarios.
Fue el peronismo el que siempre quiso terminar con la conciencia de independencia de clase del obrero y promovió la ideología de que los trabajadores y los empresarios son aliados. Todo esto con el único fin de transformar al movimiento obrero y sus organizaciones (partidos y sindicatos) en colaboradores de los capitalistas, de su Estado, es decir de sus ganancias. La clase trabajadora tiene la tarea histórica de lograr construir su independencia política, ideológica y hasta cultural de la que instauró la burguesía y todos sus medios.
Esta es la única manera de lograr construir una sociedad donde no haya una porción de explotadores (burgueses) que vivan millonarios a costa del sacrificio de una mayoría (obreros). Sin ir más lejos por estos días vimos como Antonio Caló (titular de la CGT) al salir de la reunión con Macri, culpó a los jóvenes de las fábricas que, según él, faltan los lunes por salir los fines de semana, del supuesto “gran ausentismo”. Es así. Los dirigentes de los sindicatos se transformaron en una especie de gerentes de las empresas, dentro de nuestras organizaciones sindicales.
También hay quienes dicen que “tenemos que tirar todos para el mismo lado, porque si le va bien al nuevo gobierno, le va bien al país”, criticando el hecho de que Nicolás del Caño haya rechazado reunirse con Macri, a diferencia del resto de los 4 ex candidatos presidenciales.
Nosotros somos conscientes que representamos intereses totalmente contrapuestos. Entonces, si se trata de un gobierno de los empresarios ¿Cómo medir que si le va bien en su gestión, también le irá bien al obrero? Como gobierno al Kircherismo no le fue tan mal, pero no pueden decir lo mismo casi el 40% que no consiguió trabajo estable o gana $6000. Sin embargo los empresarios sí “se la llevaron en pala” durante los últimos 10 años. En síntesis, contrariamente al sentido común: o ganamos los trabajadores o ganan los empresarios. | 
