Lagarde está imputada desde agosto de 2014 por una investigación abierta para determinar si hubo corrupción en la atribución de una compensación de casi 404 millones de euros al empresario Tapie, por la venta de la empresa de equipamiento deportivo Adidas en los años 90. En ese entonces Lagarde era ministra del gobierno de Nicolas Sarkozy.
La Fiscalía francesa había solicitado el pasado septiembre a la Corte de Justicia de la República que desestimara el caso, pero según difundió este jueves la cadena de televisión "i-Télé", la comisión de instrucción de ese Tribunal ha apostado por el juicio.
La exministra calificó hoy de "difícilmente comprensible" la decisión y defendió, en un comunicado en el que también anunció que va a presentar un recurso, que siempre ha actuado en beneficio del Estado y dentro del respeto de la ley, por lo que "no hay ningún cargo que se le pueda imputar".
El caso se remonta a 1993 en pleno mandato del socialista Francois Mitterrand, cuando el entonces banco público Crédit Lyonnais vendió en nombre del Estado francés Adidas, firma que había sido expropiada a Tapie.
Este consideró años más tarde que el Estado se hizo con la empresa por una cantidad muy inferior a la que realmente valía, lo que marcó el inicio de un complejo litigio que dos décadas después terminó en un tribunal privado de arbitraje bajo la presidencia del exmandatario conservador Nicolas Sarkozy, y un buen amigo ligado a Tapie.
Para compensar los “bajos” beneficios obtenidos por la venta de Adidas por parte del buen amigo de Sarkozy, Lagarde, como titular entonces del ministerio de Economía, decidió recurrir a ese tipo de mediación.
El caso destapa las maniobras políticas utilizadas por el gobierno francés, pues los magistrados de la Corte de Justicia Republicana, única instancia habilitada en Francia para juzgar presuntos delitos cometidos por ministros en su etapa de Gobierno, sospechan que la designación de ese tribunal pudo efectuarse con la intención de favorecer a Tapie.
Lejos de ser un problema meramente español, la corrupción del caso “Tapie” vuelve a poner en evidencia las relaciones entre la clase empresarial y la “casta política”. Entre los imputados también se encuentran, entre otros, el que fuera su jefe de gabinete en 2007 y que, ni más ni menos, es el actual presidente del operador de telecomunicaciones Orange, Stéphane Richard, y el propio Tapie, por "desvío de fondos públicos" y complicidad.
Finalmente, la Justicia francesa ordenó a Tapie el pasado 3 de diciembre que devolviera los casi 404 millones recibidos, tras anular el pasado febrero el arbitraje que había llevado a indemnizarle con esa suma.
Esta nueva trama política se suma el ya conocido escándalo de la millonaria familia Bettencourt, donde a través de grabaciones se dio a conocer la existencia de cuentas en Suiza ocultas, préstamos y la financiación ilícita de la campaña presidencial de la Unión por un Movimiento Popular, de Nicolas Sarkozy.
El FMI respalda a Lagarde
Cuando se conoció su imputación el año pasado, Lagarde anunció que no dimitiría como directora gerente del FMI, instancia que la respaldó. Su investigación en el caso comenzó en 2011, apenas un mes después de haber asumido en Washington el cargo gerencial.
En esta ocasión, el organismo económico al frente del cual fue nombrada por un periodo de cinco años volvió a manifestar su apoyo. El propio portavoz del FMI, Gerry Rice afirmo que "el Directorio Ejecutivo del Fondo (que representa a sus 188 países miembros) continúa expresando su confianza en la capacidad de la directora gerente de llevar a cabo sus funciones de manera efectiva". Con un estilo exculpatorio al que también nos tienen acostumbrados los políticos españoles, en el comunicado emitido por el organismo se agregaba que "no sería apropiado hacer comentarios sobre un caso que está actualmente ante la justicia francesa".
De confirmarse su culpabilidad, Lagarde se enfrenta a una pena de hasta un año de cárcel y 15.000 euros de multa.
El juicio contra la principal jefa del FMI refleja que la “enfermedad crónica” de la corrupción económica, política y moral viene ya siendo endémica en una de las principales autoridades económicas internacionales. Ya los dos anteriores jefes que estuvieron a cargo de la institución padecieron la misma “enfermedad”, como fue el caso de Rodrigo Rato, director gerente de 2004 a 2007, que fue imputado por el caso Bankia o los juicios contra Dominique Strauss-Kahn acusado de violación por una empleada de hotel en Nueva York. |