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Barbosa, un cercano asesor de Rousseff y hasta ahora ministro de Planificación, fue uno de los opositores más duros a la agresiva línea de austeridad que lideró Levy, en un intento por recuperar la confianza de los inversores en una economía sumida en su peor recesión en un cuarto de siglo.
La salida de Levy era esperada después de que Fitch se convirtió esta semana en la segunda agencia de calificación que priva a la segunda mayor economía de Latinoamérica de su codiciado grado de inversión.
En sus primeros comentarios a la prensa, Barbosa aseguró que el Gobierno está comprometido con apuntalar las finanzas del país con nuevas medidas de ahorro fiscal.
"El enfoque de la política económica sigue siendo la estabilidad fiscal, que es lo que necesitamos para que se recupere la economía", afirmó Barbosa. "Nuestro compromiso con la estabilidad fiscal continúa siendo el mismo".
Antes del anuncio, la especulación de la partida de Levy debilitó al real más de un 1 por ciento y derrumbó un 3 por ciento al índice referencial de las acciones brasileñas, el Bovespa, que terminó en su menor nivel desde abril del 2009.
Moody’s Investor Services dijo en un comunicado que la salida de Levy complicaría los esfuerzos para mejorar las finanzas públicas del país. Moody’s, la única de las tres mayores agencias que mantiene a Brasil dentro del grado de inversión, ha advertido que podría rebajar la nota a terreno especulativo en los próximos meses. |