Según datos de la ONU, uno de cada cuatro inmigrantes o solicitantes de asilo son mujeres, y el 6% de ellas están embarazadas. La mayoría no tiene ningún tipo de asistencia durante el camino. “El alimento, el albergue y la atención a los traumas físicos aparecen como las necesidades más acuciantes”, de acuerdo con datos de la Unfpa. |
Cuando los terremotos, las inundaciones o la violencia obligan a la gente a dejar sus hogares, una gran parte de la población busca amparo en campamentos de refugiados, que se han vuelto cada vez más hostiles para las mujeres. Son lugares donde las situaciones de violencia de género se incrementan, declara María Ángeles Plaza, responsable de atención psicológica de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear), que advierte del incremento de matrimonios forzados y casos de trata de niñas. La crisis de Siria, según el informe de la Unfpa, ha provocado un incremento de los matrimonios precoces entre las niñas refugiadas sirias en Jordania, el Líbano y Egipto.
Las condiciones en los campamentos son de total hacinamiento, con letrinas inadecuadas, lugares comunes para dormir, iluminación insuficiente y permanentes cortes eléctricos.
En una situación de conflicto o de emergencia humanitaria los servicios de salud reproductiva se resienten. En Siria, antes del conflicto, las parteras atendían el 96% de los nacimientos. Hoy, el acceso al cuidado prenatal o al parto seguro es extremadamente limitado y en algunos lugares no hay servicio alguno. La situación para las mujeres embarazadas o con niños se vuelve igual de peligrosa para las refugiadas ya sea durante el viaje a través del mediterráneo donde mujeres han llegado a dar a luz en medio del océano, en el intento por cruzar las fronteras en Europa enfrentando el hambre, la represión policial y el acoso de los traficantes e incluso tratando de sobrevivir en un continente que tras los ataques terroristas en Francia se ha vuelto más hostil, multiplicándose los ataques xenófobos contra la comunidad musulmana.
En un panorama mundial en el que más de 100 millones de personas requieren asistencia humanitaria -el mayor número desde la II Guerra Mundial-, y en el que los refugiados y desplazados por los conflictos no dejan de crecer –también los afectados por los cada vez más frecuentes desastres naturales provocados por los efectos del cambio climático—, las mujeres se enfrentan a abusos, explotación sexual, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual y partos inseguros. Así, más de 500 mujeres mueren cada día por complicaciones derivadas del embarazo y el parto en países en conflicto, según el informe anual de la agencia de la ONU para la Población y Desarrollo (Unfpa). En el mundo, de los 10 países con mayores tasas de mortalidad materna, ocho sufren conflictos generados por la intervención militar de países imperialistas, que se ha visto intensificada estos últimos días por los bombardeos de la coalición integrada por Rusia, Francia, Alemania, Gran Bretaña y EEUU.
Fuente: elpais.es |