Pero, eso no es lo más grave. Lo peor es que, en respuesta a lo declarado por el antidemocrático Tribunal Constitucional, se anuncia que es muy probable que se utilizará como remedio una Ley Corta que no diferencia entre Universidades Estatales y Privadas, entregando fondos del Estado a Universidades con fines de lucro y de dueños multimillonarios, como es el caso de la Universidad Adolfo Ibáñez y la Universidad de los Andes.
Y como si eso fuera poco, al exigir 4 años de acreditación, estarían quedando fuera de este beneficio tres Universidades estatales: la UTEM, la Universidad Arturo Prat y la Universidad de Los Lagos. Si bien, no hay certezas todavía y ya han salido voces desde el gobierno a desdecir esta propuesta, es un nuevo paso en falso que muestra la total incapacidad del gobierno de responder a las demandas del movimiento estudiantil. Es que siguen protegiendo los intereses de los empresarios de la educación, que a su vez son parte de la clase que los financia: los empresarios corruptos, muchos de ellos involucrados en casos escandalosos como Penta y Soquimich.
Luego, siguiendo con sus volteretas, la Ministra Del Piano declaró a la prensa el día 21 de diciembre, que finalmente se aseguraría el beneficio de gratuidad al conjunto de las Universidades Estatales, se ampliarían y fortalecerían 140 mil becas para IP y CFT mediante la beca Nuevo Milenio, y se financiaría a Universidades Privadas con dos requisitos: no estar asociadas a sociedades con fines de lucro y que tengan 4 años de acreditación. La entrega de fondos públicos a empresarios privados se mantiene y se fortalece.
Frente a esto el movimiento estudiantil tiene que levantar una fuerte voz unificada que rechace la propuesta del gobierno y también los ataques de la derecha. No serán ni la UDI ni la Nueva Mayoría quienes nos entregarán nuestras demandas.
Debemos exigir el financiamiento 100% estatal a las Universidades Públicas y el fin a las pruebas de acceso, con la ampliación de la matrícula, ¡para que todo quien quiera estudiar pueda hacerlo gratuitamente!
Hoy, la lucha contra la educación de mercado y por aportes basales directos a las instituciones del Estado se vuelve central. Para esto es que hay que unificar en la acción a las Federaciones estudiantiles, organizaciones de izquierda, estamentos de profesores y funcionarios, en rechazo a la exclusión de esas tres universidades, en rechazo al financiamiento a privados y en pos de la gratuidad para todos y todas mediante aportes directos del Estado a las instituciones públicas financiada a través del impuesto a las grandes riquezas y a la renacionalización del cobre bajo control de los trabajadores.
Es una necesidad que la Confech, en conjunto de los demás organismos estudiantiles, convoque a un Congreso Educativo desde las bases, para discutir el rumbo de nuestra movilización y la educación que queremos. Debemos utilizar nuestras herramientas de organización para apoyarnos en esta lucha, en defensa de la gratuidad y educación pública; impulsar asambleas de base y de unificación entre estudiantes de distintas carreras, pues cualquier ataque contra estudiantes y universidades públicas, es un ataque contra el movimiento estudiantil en su conjunto, por lo que sólo la unidad y organización podrá dar respuesta a esta situación.
¡Y que ningún peso del Estado llegue a los bolsillos de los empresarios de la educación! |