Las fuerzas iraquíes informaron en un comunicado con tono triunfante "la maravillosa epopeya de la recuperación de Ramadi de las garras del odioso Daesh (acrónimo árabe del EI) y de la liberación de los barrios de la ciudad uno tras otro".
La operación para recuperar el control del núcleo de la ciudad comenzó hace una semana y las tropas gubernamentales, apoyadas por la aviación nacional y de por los bombardeos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, avanzaron sobre el centro de la ciudad hasta hacerse el domingo con el complejo gubernamental, donde izaron la bandera iraquí.
La provincia de Al Anbar es la más extensa del territorio iraquí y su capital, Ramadi, se encuentra a solo 100 kilómetros de Bagdad. La ciudad fue tomada por el Estado Islámico en mayo de este año, tan solo unas semanas después de que el ejército iraquí avanzara sobre Tikrit, otra de las ciudades que se encontraban bajo control del EI, dejando en evidencia la debilidad del gobierno central y de la coalición liderada por EE.UU.. Es por esto que la reconquista de Ramadi tiene un significado importante, aunque gran parte del resto de la provincia continúe en manos del EI.
El triunfo sobre el Estado Islámico en Ramadi es tomando como una victoria propia por EE.UU. que venía presionando hace meses al ejército iraquí para que avance sobre la capital de Al Anbar. Se trataba de una necesidad imperiosa para Washington demostrar que podía tener un triunfo sobre el Estado Islámico en el cada vez más complejo escenario regional y ante la creciente presencia militar de Rusia en Siria y el apoyo de Putin al gobierno de Al Assad.
La reconquista de la capital de Al Anbar le permite a EE.UU. por otra parte mostrar como un éxito su política de entrenar tropas locales sin necesidad de involucrar a las de EE.UU. en el terreno, sino dando apoyo logístico y mediante bombardeos. Esta táctica había sufrido un duro revés cuando el ejército iraquí huyó en desbandada, tras el retiro de las tropas estadounidenses y el avance del Estado Islámico en 2014 sobre la ciudad de Mosul y el norte y oeste de Irak.
El coronel estadounidense Steve Warren, portavoz de la coalición liderada por Estados Unidos, y que apoya a las fuerzas iraquíes, reafirmó esta política luego del triunfo en Ramadi al declarar que en los últimos seis meses la coalición internacional perpetró más de 630 ataques aéreos en la zona, además de proveer entrenamiento, asesorías y equipos al Ejército, las fuerzas de contraterrorismo y la policía iraquíes.
La pérdida de Ramadi supone un duro golpe para el EI y permitirá a las fuerzas gubernamentales centrarse en la liberación de Mosul, el principal feudo del grupo en Irak, situado en el norte del país.
El Ejército iraquí subrayó ayer que reconquistará "el resto de ciudades robadas", en alusión a aquellas que permanecen en manos del EI y que, en algunos casos, las tropas no han podido recuperar a pesar de haberlo intentando.
Por su parte, el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, felicitó a los iraquíes y consideró que 2015 ha sido el año de la liberación y 2016 será el del "triunfo final contra el EI", cuando se acabe con su presencia en el país. Esta afirmación de al Abadi sin embargo podría no ser más que expresión de deseo ya que si bien el triunfo en Ramadi es significativo no tiene punto de comparación con los problemas tácticos, militares y geopolíticos que representa el feudo del Estado Islámico en Irak, la ciudad de Mosul. Mosul es la tercera ciudad más grande de Irak, su área metropolitana cuenta con más de 2 millones de habitantes y es el centro desde el que el Estado Islámico proclamó su califato en junio de 2014 sobre los territorios que ocupa en Irak y Siria. |