El pasado miércoles 6 de enero a las 4 am, hombres y mujeres trabajadores del frigorífico Frideco de Totoras, ubicado sobre la ruta 91, se acercaron con el fin de ingresar a sus lugares de trabajo con actitud de demostrar sus ganas de seguir trabajando, como lo hacen desde varios años.
Los trabajadores fueron acompañados hasta la puerta de ingreso por Concejales de la ciudad, quienes junto a autoridades policiales constataron que los trabajadores fueron a su lugar de trabajo como todos los días, y de manera pacífica, demostrando su intención de asistir a cumplir con su labor. Desde la portería procedieron a hacer extensivo el comunicado del dueño del establecimiento, Omar Depetris, informándoles que las puertas siguen cerradas luego de la decisión adoptada el último lunes 4 por el titular de la empresa.
Hablamos con una trabajadora del lugar, Patricia Vivas, quien expresó el claro desamparo del sindicato, asintiendo que el mismo siempre se posiciona del lado de la patronal. Luego de no poder ingresar, los trabajadores se dirigieron a la comisaría local para uno a uno firmar un acta donde dejaron constancia que ellos quisieron trabajar, pero el portero les comunicó que “no podían ingresar al establecimiento porque no se iba a trabajar por orden del dueño".
El titular de la empresa aseguró que no se encuentra en condiciones de continuar y espera una venta de la empresa, ofreciéndoles un retiro voluntario a sus trabajadores.
En este momento plagado de incertidumbre y que conmueve a toda la comunidad local y zonal, los empleados del Frigorífico Frideco, que están atravesando una muy difícil situación, precisan de todo el apoyo y acompañamiento que la comunidad en general ofrezca.
Las autoridades políticas locales se comprometieron a hablar con funcionarios provinciales y nacionales y básicamente trasladar la problemática al Ministerio de Trabajo de la Provincia y la Nación.
Debemos recordar que estamos hablando de 100 trabajadores, de 100 familias que no encuentran una respuesta positiva desde ningún sector del poder, que se sienten desamparados, viéndose casi obligados a un retiro voluntario con una indemnización que la mismísima patronal decida. |