En el escenario, ubicado en una de las islas del Parque Sarmiento, se encontraban los diputados nacionales del FpV por Córdoba Gabriela Estévez y Andrés Guzmán, la legisladora provincial Carmen Nebreda y el ex director de la AFSCA Córdoba, Carlos Vicente.
El público, que La Nación estimó en 2 mil y los organizadores en 10 mil personas, estaba compuesto en su mayoría por sectores de clase media no encuadrados en organizaciones kirchneristas. Sólo se veía un centenar de banderines de Nuevo Encuentro, La Cámpora, Partido Solidario y Partido Humanista.
Carlos Vicente, quien fue removido la semana pasada de su cargo de director regional del Afsca Córdoba, se refirió a la represión del intendente de La Plata a los trabajadores despedidos que reclamaban por sus puestos de trabajo. Cifró en más de 16 mil los despidos en todo el país y habló de un chantaje del gobierno nacional hacia los trabajadores y sectores populares. Con respecto a la intervención y posterior disolución del Afsca, citó las actuaciones del ministro de Comunicaciones Oscar Aguad como ministro del ex gobernador Mestre y como interventor en Corrientes en la década del ’90: “los cordobeses ya conocemos esa forma de gobernar conservadora y neoliberal”, expresó.
La diputada nacional Gabriela Estévez planteó que estas plazas configuran un “nuevo actor político que la derecha no se esperaba”. Aseguró que el kirchnerismo volverá a tener mayoría en el Congreso en el 2017 y será gobierno nacional en el 2019, y llamó a los diputados y senadores de otros espacios que hablan de la constitucionalidad, que acompañen su pedido de sesiones extraordinarias. También se dirigió a los representantes de los trabajadores organizados, a quienes pidió “que se pongan al frente de la lucha por las fuentes de trabajo porque si no en cuatro años volvemos a vivir el 2001”. Curiosa definición en una provincia en la que la mayoría de los dirigentes sindicales llamó a votar a Scioli, pero luego justificaron no pelear por un bono de fin de año diciendo que “sería muy difícil pelear porque algo más del 70% de los docentes votaron a Macri”.
De la disputa por la palabra a la disputa por la “alegría”
A su turno, Martín Sabbatella se refirió al kirchnerismo como la expresión del pensamiento nacional, popular y democrático del siglo XXI y criticó elípticamente la reunión entre Massa, Urtubey y Bossio: “algunos que quieren volver al peronismo pre kirchnerismo pero el kirchnerismo nació para quedarse, no hay nada más irigoyenista, no hay nada más de izquierda que el kirchnerismo”.
Cuestionó duramente al gobierno de Mauricio Macri por “hacer una brutal transferencia de la riqueza del país, que logramos con el esfuerzo de miles de trabajadores y trabajadoras, a los grupos concentrados” y relacionó esa política con su destitución: “cuando van contra la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual lo hacen como parte del mismo plan. Lo hacen para devolverle los favores a Magnetto y a Clarín, porque son el gobierno de las corporaciones y quieren quitarle al pueblo la palabra y las herramientas de comunicación que esta ley permite”. Denunció, como si fuera una novedad que en los 12 años kirchneristas no hubiera existido, que hay “una trama oscura de manejos mafiosos” entre los grupos concentrados y el partido judicial. “Y lo que queda por fuera del blindaje mediático y judicial lo reprimen, como hicieron en Cresta Roja, en La Plata y en Unquillo”, agregó en una muestra de absoluto cinismo, ya que el kirchnerismo brilló por su ausencia en la movilización contra el ajuste y la represión en Cresta Roja el 22 de diciembre.
Para finalizar, Sabbatella repitió el mantra de las Plazas del Pueblo y convocó a multiplicarlas en todos los barrios y localidades de Córdoba: “Lo que nos une es el proyecto nacional y el liderazgo de Cristina. Tenemos que militar en las organizaciones que nos representen mejor, o de organizarnos espontáneamente. A pesar de la derrota electoral y a pesar de estos treinta días, la alegría sigue estando de nuestro lado”. |