1965-1966, 14 meses de una corta etapa
Los 14 meses en los que grabó los tres discos pueden considerarse como una etapa en su historia musical. El primer disco de la serie, Bringing It All Back Home, es su paso definitivo de la constante de la canción folk a la combinación de esta forma de expresión a un nivel de complejidad sonora que evoca su calma profunda con una poesía y musicalidad que eclosiona dándole nuevas estructuras melódicas a la canción que sin embargo manteniendo el sabor a granja del folk, le inserta un toque de realpolitik: el humo de la ciudad se adentra en sus vibraciones. “Johnny está en el sótano/mezclando la medicina/yo estoy en la acera/pensando en el gobierno”. Ese el ‘nuevo’ Dylan, que relata sobre una base de tres acordes el comienzo de la canción Subterranean Homesick Blues, que secciona su disco en un primer set eléctrico y un segundo acústico.
El largo texto del cual Dylan luego extrae lo que se conoce mundialmente como Like a rolling stone y su larga pregunta aún no respondida: “¿Qué se siente,/ estar por tu cuenta/ sin dirección a tu hogar/como una completa desconocida/como un canto rodado?”, da comienzo a su vez a un álbum del cual como titula una de sus canciones, “Cuesta mucho reír, basta un tren para llorar” (It Takes a Lot to Laugh, It Takes a Train to Cry), expresa la simplicidad profunda de la prosa de lo que ahora se transforma lentamente en un StoryTeller (contador de cuentos).
La ironía se torna no solo un recurso, sino un punto de vista para dirigir sus pensamientos frente a uno de los libros de ficción más leídos de la historia, La Santa Biblia, para darle inicio a la historia de Highway 61 Revisited: “Dios dijo a Abraham, “Mátame un hijo”/ Abraham dijo, “Tío, debes estar de broma”/ Dios dijo, “No”. Abraham dice, “¿Qué?”/ (…)/Abraham dijo, “¿Donde quieres que sea esa muerte?”/ Dios dijo, “Fuera, en la Autopista 61””.
Si bien aparenta ser un disco más rústico por momentos, sobresalen dosis en la mayoría de sus partes (canciones) que impregnan al conjunto (álbum) de un sólido humor de ostracismo que clama ser quebrado para recorrer las calles de la ciudad a través de un sepia que torna el reloj del tiempo de una intempestiva manera que nos arroja de nuevo con una sonrisa mientras lo oímos viajando en el tren al trabajo.
El metal define el cierre de esta etapa de Dylan. El metal y la guitarra acústica que inhalan temblores de un conjunto de sonidos ensamblados que tararean en 4th Time around un escepticismo y oscuridad lamentable para tan bella canción. Sin embargo Blonde on Blonde abre sus puertas con Rainy Day Women #12 & 35, respuesta que dio Dylan al productor al preguntarle cómo se llamaba el tema que acababan de grabar.
En un estado de clara acefalía de conservadurismo, Dylan proyecta en esta canción festiva, una denuncia que también puede leerse como un simple juego de palabras e interpretación. Stone en inglés significa piedra, stoned drogado. “Te apedrearán cuando estés desayunando/ te apedrearán cuando sos joven y capaz/ te apedrearán cuando intentas hacerte el valiente”.
Una edición de lujo de material ya conocido
Una breve disección de la edición de lujo del último material ’inédito’ del siempre genial artista Bob Dylan recorre la ostentación que brilla pálida como una muestra profana del a veces mal llamado mesías que sobre las alturas pretenden que observe cómo una ’lluvia dura va a caer’ sobre quienes lo oyen y quiénes no.
Las contradicciones que expresa la última edición es un tiro por elevación a las entrañas de las contradicciones de su ‘personaje’. Este permite acercarse un poco al desarrollo de ese periodo musical de Dylan, el material que ya se conocía es una oportunidad para oír el camino que fue dando en sus discos.
Dylan es el músico más pirateado de la historia. En la actualidad es difícil hasta oírlo en YouTube. Su música fue desguazada de internet como ningún otro músico, por lo que con la expansión de internet se estima que existían (previó a la profundamente anti popular Ley S.O.P.A. (Acta de cese a la piratería en línea) implementada a principios de 2012 por el imperialismo yanqui) miles de compilaciones “piratas” que circulaban por todo el mundo sin pagar un centavo que fueron desalojadas de sus sitios web.
La corporación Columbia Records (que maneja y edita el material de Bob Dylan desde su primer disco en 1962) comenzó en 1991 a editar bajo el cínico nombre de “The Bootleg Series” (Las series piratas) material no oficial (pirata) de Dylan ya conocido por sus seguidores. El único punto a su favor es la remasterización de su música.
El cinismo de la corporación en la mercantilización de la música conoce ahora de un nuevo nivel, editando material ya conocido que no se halla más en internet (gracias al imperialismo yanqui) en diferentes formatos y obviamente con diferentes “beneficios”. En su afán de convertir aún más a la música en una mera mercancía, Columbia Records edita en tres versiones el set de Dylan, el primero compuesto por dos discos con poco menos de 40 canciones llamado “Best of edition”, una segunda versión con 6 discos que le dan el nombre de box set Deluxe con 111 tomas, y la aclamada por el pequeño grupo de gerentes de la corporación, el brutal Collector’s edition con 18 discos y 379 tomas, libros incluidos y otros floreados regalos en una tirada limitada de 5 mil ejemplares solo a la venta por internet que se agoto rápidamente.
Dieciséis tomas de Like a rolling stone, y así se podría seguir la lista, pasando por canciones donde se oyen seis, siete, nueve tomas, ensayos, tomas de pedazos de la canción, ‘falsos’ comienzos, diferentes versiones, variaciones en la letra, tomas de todo tipo y color.
Si, Columbia Records desde su fundación en 1888 privatizo con el aval del artista la música del músico al que John Lennon le copio la boina y al que Hendrix le copio el peinado. Al que le besó el anillo a Karol Wojtyla conocido como Papa Juan Pablo II, al que ostenta el record no solo de llevar adelante la gira más larga de la historia como lo es la denominada "Never Ending Tour" que comenzó el 7 de Junio de 1988 (2605 es el total de fechas desde ese día), el músico que no solo ostenta ese "título" (?), sino que lleva la sombra de entonar canciones de "protesta" sin reivindicar más que en su prosa la lucha de los negros como Emmet Thill o Hollis Brown.
Asesinados por su color de piel, hechos verídicos que muertos en diarios antiguos son rescatados por ’Bobby’ como le decía la artista Joan Baez, que al ser consultada por la presencia de él en las manifestaciones por los derechos civiles en EEUU por los años ’60, respondía: "no, no lo esperen que Bobby no va a venir".
Existe un cierto tipo de exigencia hacia su persona y una alabanza al músico. Como si Dylan fuesen dos, como si no se quisiera aceptar que uno es también el otro. La controversia por su imagen y su forma de relacionarse con quienes lo admiran lleva inconfundiblemente a que muchos pongan sus pies sobre un pedestal construido sobre una historia musical real que atraviesa todos los planos de la invención poética y la tonalidad disruptiva de los marcos comerciales (aunque suene jocoso), pero sobre todo más allá de lo que quebró o inventó, o influencio, es más simple la cuestión, su música es genial (que derriba cualquier sobre exaltación personalista bizarra) y a la gente le gusta, tanto es así que en la actualidad y desde los ’90 prácticamente Dylan da cerca de un centenar de recitales anualmente.
Junto con su extravagante pronunciación de un inglés que mutó fantasmagórico en la actualidad, desde playas disruptivas y de vanguardia ironía, susurra en la brisa:
“Y el mar se dividirá
y el barco golpeará
y la arena de la costa estremecerá
Luego la marea sonará
y las olas golpearán
y la mañana estará despuntando
(…)
Y las palabras que se usen
para confundir al barco
no serán comprendidas cuando se digan
pues las cadenas del mar
habrán cedido en la noche
y yacerán enterradas en el fondo del océano”
Cuando el barco llegue/When the Ship Comes In
The Times They Are A-Changin’ (1964) |