Las principales acciones rebotaron en la última jornada de la semana 6,69% en la Bolsa de Comercio porteña. También se ubicaron en alza, aunque con menor intensidad, los papeles financieros. Los bonos soberanos cerraron con mayoría de crecimientos y el dólar paralelo bajó a $15,30.
Estos datos que para el oficialismo podrían ser motivo de festejo, en realidad dan cuenta del clima de tensa calma que vive la City porteña. Los especuladores están a la espera de las señales que va dando Alejandro Vanoli, el nuevo titular del Banco Central.
El índice del Mercado de Valores (MERVAL) repuntó en una jornada en que se negociaron $339 millones en acciones, con alzas destacadas para Transener (11,70%), Siderar (10%), YPF (8,24%) y Grupo Financiero Galicia (1,24%).
En el alza de las acciones y bonos incidió la oportunidad que encontraron muchos especuladores para hacerse a bajos precios de esos papeles luego de dos días de fuertes caídas.
Las oscilaciones permanentes en los “mercados” son un síntoma de la especulación de los grandes operadores que buscan hacer ganancias en el río revuelto de una economía que confronta cada vez más desequilibrios.
Las acciones que más rebotaron el día de ayer son las que vienen siendo instrumento de las maniobras de “contado con liqui” para obtener dólares sin pasar por la ventanilla del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).
El resultado es que las transacciones de “contado con liqui” supusieron un dólar a $15 en el cierre del día, lo implicó una suba importante de $1,1 en relación a las jornadas previas.
Esto ocurrió a pesar que durante el día viernes el Gobierno redobló los controles sobre las operaciones bursátiles que permiten a los inversores hacerse de dólares sin pasar por el mercado de cambios.
De acuerdo a declaraciones de representantes de las sociedades de bolsa que transan mayor volumen hubo llamadas para sugerirles que dejen de realizar operaciones de “contado con liqui” a través de los bonos públicos. De este modo, esas transacciones se concentraron en acciones de las empresas que actúan localmente y cotizan en Wall Street. Los especuladores le van “tomando el pulso” al nuevo encargado del Central.
La pretensión del gobierno aparentemente sería reducir las operaciones de “contado con liqui” para que adquiera más volumen el “dólar bolsa”, sobre el que tiene mayor control a través de la intervención de la ANSES. Otra medida que tomó este viernes el Banco Central es subir el piso de tasa que pagan los bancos para los plazos fijos al 23%. Busca así estimular el ahorro. El problema es que la inflación sigue siendo muy superior a esa tasa. Por eso esa regulación puede tener un efecto muy limitado mientras los especuladores siguen apostando al dólar que “rinde” mucho más. Jugar con los especuladores con sus propias reglas termina en que siempre ganan ellos.
Por fuera del MULC hubo escasísimas operaciones. La clave para los operadores es desensillar hasta que aclare. En la City porteña hablan de una suerte de feriado cambiario que se habría instalado con la asunción de Vanoli. Las “cuevas” sólo están atendiendo a clientes de mucha confianza para eludir posibles operativos policiales, que todos modos, como se supo con el affaire Fábrega, los eluden gracias a los soplones que hay en el Banco Central.
De esta forma, el dólar “blue” cayó a $15,3. Recortó así a 80% la brecha que lo separa del dólar oficial que se ofreció a $8,45 en pizarras de la City porteña. Pero el “éxito” oficial está atado con alambre. Luego de desensillar, no está descartado que las “cuevas” madruguen nuevamente a las nuevas autoridades monetarias. No actúan en soledad. Operan a la sombra de los grandes bancos que las amparan.
Aún en un viernes de calma, las fuentes del “mercado” estimaron que el Banco Central debió vender unos 50 millones de dólares para acotar el alza de la divisa en el mercado mayorista. La dilapidación de reservas alcanza u$s2.642 millones en lo que va del año y se ubican en u$s27.957 millones, de acuerdo a datos provisorios de la autoridad monetaria.
Todas las tendencias muestran un agravamiento del deterioro económico. En los últimos días se conocieron los indicadores oficiales de la caída en la industria y la construcción. Los extra oficiales hablan de un hundimiento mayor. Los patentamientos siguen a la baja a pesar del Pro.Cre.Auto. El gobierno evita atacar los problemas estructurales profundos. Hacerlo, como presiona la mayoría de la burguesía, implicaría una nueva devaluación que ajuste fuertemente las condiciones de vida del pueblo trabajador.
Pero como hubo un enero puede haber otro. Después de todo el kirchnerismo es quien más hizo para que las patronales la “levanten en pala”. El supuesto intervencionismo del oficialismo, que busca con mano de cirujano mejorar la economía no está más que agravando la salud del enfermo. Intenta suspender lo más posible la situación sin que se agrave la economía haciendo el ajuste de a poco para defender el “relato”.
Mientras tanto en la “década ganada” permitió una expoliación enorme con la deuda externa. Ahora su mejor plan es seguir pagándola aunque “no lo dejen”. Convalidó el saqueo petrolero y prepara otro similar con Chevron & Cia. Intentó hacer que las automotrices sean la “estrella” de la industria nacional creando un agujero de dólares sin fin y a que “encanuten” autos.
La nueva conducción del Banco Central tiene que lograr que la nave averiada llegue a enero para ver si un nuevo ciclo de endeudamiento la rescata. Así es la historia de la burguesía nacional y su socia imperialista en nuestro país. Sólo la clase obrera puede cambiar ese rumbo. |