El equipo de Pablo Guede demolió a un Boca que no pudo aguantar el cachetazo del primer gol del ciclón: Belluschi clavó un golazo y el Xeneize se derrumbó. Fue 4 a 0, Supercopa para San Lorenzo y clasificación directa a la edición 2016 de la Copa Sudamericana.
Aunque el primer tiempo ofreció un partido intenso y entretenido, el golazo de Belluschi a los 44 minutos (casi con los equipos yéndose a las duchas) le complicó el panorama al equipo del Vasco Arruebarrena, que profundiza su crisis y fogonea el descontento de la parcialidad xeneize que en lo que va del año no logró ganar ningún clásico.
Boca tenía iniciativa pero parecía un poco tibio en los metros finales; Tevez, la figura indiscutida del plantel, está en un momento flojo, con algo de “pachorra” y no logra definir con la certeza que suele caracterizarlo. El Ciclón de Guede se plantaba de contra y parecía más cómodo con el trámite del partido. Irse al vestuario en ventaja le allanó el camino.
En el segundo tiempo, ya con el hábil Pitu Barrientos en la cancha, el cuervo fue un verdadero ciclón. Un doblete del Pitu, el primero tras una salida desde el fondo más limpia que Mr. Músculo y una habilitación fantástica de Belluschi para que el delantero encare a Orion y elija el palo para el gol; el segundo, un tiro libre impecable, maradoniano. Boca a esa altura ya era una sombra de sí mismo.
El partido ya era todo azulgrana, los de Guede se agrandaron y se animaron a toquetear y bailotear a un Boca pálido. La frutilla del postre “santo” la colocó un ex Boca, Nico Blandi, tras otra brillante habilitación de Belluschi (la figura excluyente del partido). En el horario en el que se emite la novela “Los ricos no piden permiso”, nadie le avisó a la defensa de Boca que los delanteros de San Lorenzo tampoco lo hacen. Blandi quedó sólo ante un Orion regalado y selló el 4 a 0 definitivo.
De esta manera, aunque Boca Jrs. llegó a esta copa como campeón del Torneo de Transición y también como ganador de la Copa Argentina, San Lorenzo (que se ganó el derecho a jugar esta copa por ser sub campeón del Torneo de Primera) le arrebató la Supercopa y la posibilidad de la clasificación directa para la Copa Sudamericana, que el Ciclón jugará en la segunda mitad del año.
Por el lado del club de la Ribera, aunque el presidente Angelici respaldó al DT y aseguró que no está en duda su continuidad al frente del plantel, todo indica que el reloj de arena empezó a correr y las horas del Vasco Arruabarrena en Boca están contadas. El quiebre entre el DT y sus dirigidos es evidente.
Pero el festejo esta vez vuelve a corresponderle a los cuervos, los “santos padres” de Boca que en todo Boedo gritaron “¡Campeón!”.
