En el día de ayer, Mariano Martín presentó en el diario Ámbito Financiero las opiniones de diversos analistas sobre el impacto que tendrán sobre los ingresos de los asalariados las modificaciones impositivas en Ganancias (cuyo tratamiento en el Congreso se prevé para marzo) e IVA, así como la elevación de las Asignaciones Familiares. De acuerdo a las fuentes consultadas, apenas un tercio de los trabajadores en relación de dependencia recibirá una compensación salarial este año en caso de prosperar la negociación entre el Gobierno y los gremios para encarrilar las paritarias con aumentos por debajo del 30 por ciento.
De los 9,5 millones de trabajadores que se encuentran registrados (otros 4,5 o 5 millones se encuentran no registrados), sólo un porcentaje menor recibirá compensaciones acordes a la pérdida de poder adquisitivo acumulada desde las negocaciones paritarias de 2015. Pérdidas que con la inflación cobrando ritmo desde noviembre, y más todavía desde diciembre con el paquete de medidas contra el bolsillo obrero y popular tomadas por la administración de Macri, se hicieron más fuertes. “Entre las compensaciones por Ganancias y las del salario familiar, se calcula entonces que no más de 3 millones de trabajadores recibirán un adicional extrasalarial para compensar la eventual pérdida de poder adquisitivo de la inminente ronda de paritarias”, completa Martín.
En opinión de Claudio Lozano, reproducida en Ámbito, incluso si se cumpliera el ya prácticamente imposible pronóstico oficial de una inflación de 25 % para este año (sólo factible si el hundimiento de la economía por efecto recesivo de las políticas implementadas resulta tan severo como para frenar la imparable escalada de precios) los salarios saldrían perdiendo si no se supera el techo de 30 %. “Aún con una inflación como la que prevé el Gobierno, de 25% para este año, para marzo de este año los salarios en general habrán perdido entre 5 y 8 puntos porcentuales. Y los cambios en el salario familiar y en Ganancias en modo alguno podrán revertir esa tendencia si los aumentos salariales no superan el 33 o 34 por ciento”, estimó Lozano.
Se trata de un resultado que habíamos previsto también en esta columna, donde decíamos que “se puede adivinar que para el grueso de los asalariados hay una enorme distancia entre la compensación que podrían significar estas medidas y los formidables costos que el ajuste de Macri descargó sobre sus espaldas. Para los asalariados de mayor ingreso, alcanzados por Ganancias, el cambio en el régimen impositivo podría significar una mejora de 10 % en su ingreso de bolsillo.
Con una inflación que podría llegar al 40 % anual, esto significa que sólo obteniendo un aumento de 30 % (por encima de lo que aspira el gobierno) podrían llegar a un resultado neutro en términos de poder adquisitivo, ya que lo que mejoran por pagar menos Ganancias lo pierden ante la escalada de precios. Para los sectores que no pagan impuesto a las Ganancias, la pérdida será muy superior [incluso logrando el 30 % de aumento en paritarias]. Difícilmente la elevación de las Asignaciones familiares y los recortes en el IVA podrán compensar apenas algunos puntos porcentuales de la pérdida de ingresos generada por la inflación”. |