El clima se empieza a espesar. No se viven momentos de tal zozobra desde los 90’s, la época donde todo aquello que era “estatal” paso a ser un estorbo, una mala palabra, una cueva de vagos.
Los trabajadores del Hospital Posadas estamos sufriendo una serie de ataques que se enmarcan en la necesidad de este gobierno de “achicar” las cuentas (o los gastos) del estado, empezando (como no podría ser de otra manera para un gobierno de gerentes de empresas) por los trabajadores.
Es de público conocimiento que se avecinan fuertes tormentas. Pero (al decir de los propios ministros de Salud y Modernización) somos 1500 los trabajadores ñoquis, grasa-militante, y ahora saboteadores. Nosotros tenemos nuestras propias calificaciones: somos trabajadores, con contratos basura, precarizados, que laburamos dobles jornadas para que nos alcance el sueldo hasta fin de mes, que alimentamos con este laburo a nuestros hijos y que además nos pesa sobre nuestras espaldas la precariedad de todo el sistema de salud público de la Argentina.
Este 24 de febrero tenemos que demostrar que los trabajadores del Estado somos la primera respuesta organizada con que se va a encontrar este gobierno. No los dejemos dar ni un paso más sobre nosotros. Este primer paro es el primer paso de una larga pelea, nuestro objetivo debe ser ponerle un freno al ajuste de Macri que se viene con represión.
Desde el hospital vamos a apoyar con todo el proyecto de Ley que impulsan Nicolás del Caño y Myriam Bregman para prohibir los despidos por 24 meses y acompañar todas las medidas que se realicen contra el protocolo antipiquete de la ministra Bullrich, propio de la dictadura.
Reproducimos la reflexión de una compañera precarizada
En momentos como este, donde reina la desinformación y las mentiras de los grandes medios de comunicación, es importante la búsqueda de nuevas fuentes de información, sea a través de redes sociales, páginas de internet o diarios independientes. No tenemos que conformarnos con las mentiras que nos quieren imponer, y mucho menos difundir éstas, repitiendo las mentiras que inventan.
Como trabajadora del Hospital Posadas, conociéndolo de toda mi vida, ya que mi mamá trabaja ahí desde hace 30 años, no puedo creer como a alguien se puede ocurrir que un trabajador puede llegar a premeditar una medida de tanta magnitud en contra de nuestro hospital. No somos trabajadores de una fábrica, trabajamos en un Hospital público, estamos todos los días en contacto con las personas, personas que en muchos casos luchan por vivir. A ningún trabajador se le podría cruzar por la cabeza la idea de atentar en contra de la gente que tanto necesita los recursos del hospital.
La mejor forma que encontró el gobierno de turno para reducir el estado, fue dejar mal vistos a los trabajadores ante la sociedad, diciendo que en la mayoría de los casos estos empleados no cumplían ninguna función y cobraban por esto, o sea que eran “ñoquis”. Otras de las cosas que se dijeron era que en el Estado había demasiada gente trabajando y no se lo podía mantener, después llego la hora de la persecución a los militantes, por pensar distinto y no simpatizar con el nuevo gobierno, siguieron despidiendo gente. Ahora nos toca el turno a nosotros, los trabajadores del Hospital Nacional Alejandro Posadas, pero no les alcanzo con que seamos ñoquis, muchos y militantes; encontraron una mejor excusa. A raíz de un error humano, nosotros aparte de todo lo demás somos saboteadores. Según la prensa oficialista, rompimos un Resonador (que está en funcionamiento) porque tenemos miedo de ser despedidos. |