Fotografía: AFP
Desde poco antes de las 10 hs de Argentina comenzó el Congreso Extraordinario en que se desarrolla la votación para elegir al nuevo Presidente de la máxima institución rectora del fútbol mundial, la FIFA. Representantes de 207 federaciones habilitadas (todas las que integran FIFA, excepto Indonesia y Kuwait que fueron suspendidas para este acto eleccionario) están emitiendo su voto; en algunas horas se conocerá al nuevo mandamás que sucederá al suspendido Joseph Blatter, quien fuera elegido en el Congreso de 2015 a pocos días de destaparse la olla de corrupción a partir de una investigación impulsada por el Departamento de Justicia estadounidense.
Compiten cuatro candidatos: el dirigente suizo Gianni Infantino, el jeque Salman Ben Ibrahim Al-Khalifa –quien es miembro de la familia real de Bahrein-, el sudafricano Tokyo Sexwale, el príncipe jordano Alí bin al Hussein y el francés Jérôme Champagne. Un quinto postulante, el sudafricano Tokyo Sexwale, anunció esta misma mañana que desistía de su candidatura. Según sondeos previos y de acuerdo a la campaña desplegada por los contendientes, Infantino y el jeque Al-Khalifa son los que tienen mayores chances.
Si bien Infantino es el secretario general de la UEFA (la poderosa federación europea) y tiene mayores intenciones de voto en la previa, es un dirigente poco apreciado entre sus pares de Europa. Por el lado del jeque bahreiní, está salpicado por fuertes denuncias de represión a la población de su nación en 2011 durante el proceso de rebeliones conocido como “Primavera árabe”; la represión incluyó castigos y torturas a futbolistas simpatizantes de la rebelión.En las afueras del edificio de Zurich en el que se desarrolla el Congreso se manifestaba un puñado de activistas con pancartas con la consigna “Salman dictador”. Pero en el mundo FIFA el afecto a principios democráticos no es algo que preocupe demasiado.
El desafío del que resulte elegido será salvar a FIFA de la profunda crisis de legitimidad en la que está sumida; tarea nada simple, casi como remontar un barrilete de cemento. | 
