“Primera citación indagatoria a CFK”, era el título catástrofe de la página web de Clarín, ayer a la tarde. La “operación venganza” contra funcionarios de la gestión kirchnerista, incluida la propia Cristina Fernández, sigue su curso frenético.
La denuncia la hicieron en octubre de 2015 los senadores oficialistas Federico Pinedo (PRO) y Mario Negri (UCR). Desde entonces el juez federal Claudio Bonadio se dedicó, allanamientos del Banco Central mediante, a preparar una causa cuyo objetivo es, ni más ni menos, terminar procesando a varios exfuncionarios por una defraudación multimillonaria en detrimento del Estado.
Vale recordar que Bonadio fue, durante los últimos años, uno de los jueces más abiertamente enfrentados al gobierno kirchnerista y más ligados a la oposición. Si por un lado fue la cara visible de la causa Hotesur y desde hace semanas viene procesando a exfuncionarios de la talla de Guillermo Moreno, por el otro es de los magistrados que más recusaciones y hasta pedidos de juicio político cosechó en la última década.
Pase de factura
“Todas estas pérdidas en contratos de futuros de dólar que debe honrar el BCRA se producen por las posiciones abiertas por la entidad entre septiembre y noviembre del año 2015, que alcanzaron aproximadamente los U$S 17.000.000.000,00”, indicó Bonadio en su resolución. Esa cifra representaría la pérdida para el Estado producto de las operaciones encaradas por la entidad durante la última etapa de la gestión kirchnerista.
En sí lo que dice el juez es que el gobierno anterior, a través del Banco Central (BCRA), realizó contratos por venta de dólares a futuro con un valor inferior al que realmente iba a tener la moneda norteamericana. Según esos contratos, si al vencer el plazo estipulado (enero) el dólar salía más caro que lo firmado, la diferencia la terminaba pagando el Estado en beneficio del comprador particular.
Tan política es la causa judicial de Bonadio contra Cristina como lo fue la propia maniobra financiera que el anterior gobierno impulsó con el “dólar futuro”. La idea de Cristina y sus funcionarios cuando lanzaron esos contratos se correspondía con la campaña electoral de Daniel Scioli. Al firmar contratos en los que se pronosticaba un precio del dólar de $10 para enero, el Banco Central intentaba lanzar la señal de que si ganaba el Frente para la Victoria la devaluación no sería tan fuerte.
Desde ya, esa “promesa” de campaña fue desmentida durante estas semanas por los propios economistas de Scioli, como Mario Blejer y Miguel Bein, que ven en el dólar a más de $ 15 un número parecido al que ellos hubieran llegado si ganaba su jefe político.
Las penas y las vaquitas
Lo que no dijo en su momento el gobierno de Cristina ni tampoco dice Bonadio en sus escritos es que la venta de dólares a futuro no dejó de ser un excelente negocio para los bancos y financieras que sí tenían claro que, fuera quien fuese el próximo presidente, la devaluación fuerte del dólar sería un hecho.
Es obvio que ningún trabajador precarizado del Estado, que ningún obrero de cualquier fábrica ni mucho menos un jubilado que gana la mínima resultó beneficiado con esa operatoria propuesta por el Banco Central. Como diría Atahualpa, “las vaquitas son ajenas”.
Por eso cuando Federico Sturzenegger, el sucesor de Vanoli en el BCRA, apenas esbozó sus dudas sobre el pago de esas ganancias millonarias a los bancos y financieras, recibió el rechazo del stablishment y retrocedió en chancletas.
Ahora, mientras se dedica a intentar contener el precio del dólar inyentando la divisa en el mercado, el actual presidente del BCRA sigue firmando contratos por “dólar futuro” con un precio que se ubica por encima de los $ 17 para diciembre, es decir con una expectativa devaluatoria aproximada de 20 % más en lo que resta del año. Más ganancias para los especuladores.
Más allá de ciertos chisporroteos, entre los bancos y el gobierno parece que la cosa no pasó a mayores. Ahora unos y otros se entretienen mirando el curso que puede darle Bonadio a la causa contra Cristina y sus funcionarios. Si algún kirchnerista pensó que las corporaciones financieras iban a “bancar” a la expresidente en recompensa por los enormes favores que ésta les hizo en tantos años de gestión, puede darse por vencido.
Apuestas a futuro
Vanoli recorre los canales de TV defendiendo su gestión y acusando a Bonadio de perseguidor político. Kicillof no aparece públicamente o a lo sumo opina sobre la negociación con los fondos buitre que está llevando adelante su sucesor Prat-Gay. Mientras tanto Clarín se hace una panzada con los nervios de Cristina.
Confianza en el juez federal es lo que sobra. “A mí me han dedicado dos o tres cadenas nacionales y la verdad es que eso no es agradable desde el punto de vista de la presión que uno siente", dijo ayer Bonadio en una entrevista a radio Mitre (del Grupo Clarín). Toda una definición y una amenaza.
Cristina deberá presentarse a declarar el próximo 13 de abril. Para unos días antes están citados, también a indagatoria, Kicillof, Vanoli y otros diez exfuncionarios.
¿Irá Cristina, en calidad de “indagada”, a Comodoro Py el 13 de abril? ¿Procesará Bonadio a Cristina una vez que la haya escuchado en su despacho? ¿Es, como dice Clarín, sólo la “primera” indagatoria a la que se enfrentará CFK?
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