El avance del dengue en la Argentina continúa a paso sostenido. De acuerdo a los últimos reportes epidemiológicos, en el país ya fueron confirmados más de 15.000 casos de la enfermedad, cifra que continúa aumentando día a día.
Según se informó desde la Dirección Nacional de Epidemiología, se espera que en las próximas semanas el número de afectados trepe hasta los 20.000. Esta situación se mantendría hasta abril, cuando la baja de las temperaturas limite la reproducción del mosquito transmisor.
La enfermedad viral, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, se caracteriza por la aparición de un cuadro febril y dolores musculares. En su forma leve, es una enfermedad molesta pero sin mayores complicaciones. Pero puede presentar formas graves, capaces incluso de provocar la muerte.
La situación en Argentina
La peor epidemia del virus en nuestro país se dio en 2009, significando más de 26.000 casos y una decena de muertes. Tras la epidemia, sectores de profesionales de la salud plantearon la necesidad de la inversión en medidas de prevención y capacitación. Pero 7 años después, y sin que se hayan oído estas advertencias, la Argentina se encuentra frente a un nuevo y extenso brote de dengue.
Hasta el momento las infecciones corresponden, casi en su totalidad, al serotipo DENV1 del virus. La importancia de este dato radica en que las formas más graves de la enfermedad suelen darse en la reinfección con diferentes serotipos (DENV2, 3 y 4), que actualmente casi no se encuentran en circulación en la Argentina.
Cómo ya denunció La Izquierda Diario, la extensión de la frontera sojera y la fumigación tienen una relación directa con la aparición de nuevos brotes de dengue, que sumado a la falta de políticas públicas predispone a la aparición de brotes epidémicos cada vez más severos. Brotes que tienden a afectar, sobretodo, a los sectores pobres urbanos, en los que el mosquito encuentra un hábitat confortable. El enorme negocio sojero, la connivencia de los estados nacional y provinciales, la nula inversión en promoción de la salud y prevención de la enfermedad, son el caldo de cultivo de la epidemia. |