Eduardo Cunha ya posee el repudio de gran parte de la población por sus posiciones políticas. Su política contra los derechos democráticos y los trabajadores llevó a la aprobación de proyectos de ley que generalizan la tercerización, la reducción de la edad de inimputabilidad penal y también, la reaccionaria ley que prohíbe y criminaliza el aborto para las mujeres incluso en caso de violación.
En los últimos meses los miles de casos de microencefalia reposicionaron con fuerza el debate sobre el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, y el derecho de las mujeres a decidir los rumbos de su embarazo, el derecho sobre su propio cuerpo. El proyecto escrito por Cunha y otros diputados de varios partidos, entre ellos el PT, aun tendrá que ser analizado por el pleno de la Cámara y el Senado antes de volverse ley. Con esa ley, Cunha –que también es miembro de la bancada religiosa de la Cámara- pretende transformar en crimen contra la vida el anuncio de medios, sustancia, proceso u objetos abortivos, haciéndolos pasibles de castigo criminal. El texto busca también criminalizar y penalizar a quienes induzcan, instigan o auxilien un aborto. Si el procedimiento fuese conducido por profesionales de salud la pena es agravada, pudiendo llegar de 1 a 3 años de detención. Además de la enmienda aprobada en la CCJ que va en el sentido de exigir de la mujer que vaya a la comisaría para conseguir la atención en el servicio de salud, también fue editada una “cláusula de conciencia” que desobliga al médico y equipo a practicar el aborto.
Cunha también se destacó en el último año como el principal agente del impeachment contra Dilma, que fue apoyado por lo más reaccionario de los poderes del país, por sectores del PsDB y de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP). A mediados de 2015 Cunha, que era de la base aliada de Dilma en la Cámara por el PMDB, rompió con el gobierno y, junto con la oposición de derecha, determinó la apertura del proceso de impeachment contra Dilma en la Cámara, proceso que hemos repudiado y que vuelve a ganar fuerza con nuevas delaciones en la investigación, con las denuncias contra Lula y contra la campaña electoral de Dilma.
Historial de Cunha en la política: la relación con el archicorrupto Collor de Mello
En julio de 2015, Leandro Lanfredi denunciaba la trayectoria política de Cunha y cómo esta se liga fuertemente a otros escándalos de corrupción, como los del gobierno Collor, que hoy es senador de la base aliada de Dilma. Cunha empezó su carrera política como tesorero en la campaña presidencial de Collor, luego fue presidente de la telefónica del estado de Rio de Janeiro (TELERJ) por nombramiento ni más ni menos que PC Farias, tesorero de Collor asesinado a balazos. En la importante estatal de telecomunicaciones actuó para prepara su privatización. Desde entonces, fue tramando su camino, siempre a la sombra de figuras más influyentes, hasta llegar a ser el líder del PMDB en la Cámara entre 2012 y 2013 (es decir, negociaba las medidas de gobernabilidad de Dilma pues era base aliada del gobierno).
Otros escándalos de Cunha: las cuentas bancarias en Suiza
Investigaciones ya computan más de 2 millones de reales desviados por Cunha a cuentas bancarias en paraísos fiscales. Una de las cuentas abiertas por el diputado en Suiza estuvo a nombre de su esposa, la periodista Cláudia Cordeiro Cruz, y fue usada para pagar gastos personales de la familia del parlamentario. Abierta en febrero de 2008, la cuenta recibió 12 transferencias por el valor total de 1.050 millones de dólares hasta enero del año pasado. Según datos divulgados, el organismo impositivo del país (Receita Federal) ya posee pruebas de un aumento de patrimonio de 1,8 millones de reales, justamente entre los años 2005/2012.
Documentos enviados por el Ministerio Público de Suiza a Brasil demuestran que un negocio de 34,5 millones de dólares cerrado en 2011 por Petrobras en Benin, en África, sirvió para irrigar las cuatro cuentas que cuyo beneficiario es el presidente de la Cámara y su esposa. |
