Primero fue el cierre de Paraná Metal. El empresario kirchnerista Cristóbal López bancó la campaña de Daniel Scioli, y cuando este perdió el ballotage, cerró la fábrica y echó a todos los obreros. La conducción de la UOM, alineada bajo la misma bandera partidaria que la patronal, se limitó a justificar el cierre por la baja producción y negoció indemnizaciones. Así, los obreros que bajo el kirchnerismo tuvieron que soportar mas de mil despidos finalmente vieron cerrar el portón. Para estas fechas ni siquiera han cobrado la totalidad de la indemnización.
Luego empezaron los aprietes en Laminados Industriales. La fábrica que inauguró Cristina en cadena nacional nunca “despegó”, pese a las jornadas obligatorias de 12 hs. Hoy lleva dos meses de suspensiones y el gremio, en boca de Héctor Ibarra, se dedicó a justificarlo: “tiene una complicación muy grande”; producirá “nada más que mil y pico de toneladas para el mes de marzo”. Para los laburantes, luego de poner el lomo durante años, la propuesta son dos meses más de suspensiones.
Y Acindar, como siempre, a la cabeza de los ataques. La patronal siderúrgica anunció que va a parar la acería y que quiere negociar un plan de suspensiones para todo el año, aplicable a todos los sectores, y una reducción de puestos. ¿Y la UOM? Ni una palabra sobre luchar; hay que negociar suspensiones acá también. Lo que no dicen ni la patronal ni el sindicato es que el grupo al que pertenece Acindar, Arcelor Mittal, viene de ganar 80 mil millones de dólares y sus acciones subieron un 60% tras los anuncios de la reducción de la producción china -incluidos 1,8 millones de despidos en las ramas del carbón y el acero- y frente a la posibilidad de que EEUU y otros países apliquen medidas arancelarias para frenar la importación del acero chino.
Rechazar las suspensiones y los despidos
Las patronales atacan confiadas porque saben que cuentan con el aval del gobierno. La campaña contra los “ñoquis” no fue otra cosa que el mensaje de que hay que despedir. El protocolo contra la protesta, la señal de que los que luchemos seremos reprimidos. Pero también cuentan con el silencio cómplice de los grandes sindicatos que vienen dejando pasar los despidos, la devaluación y el tarifazo sin organizar ninguna medida seria de resistencia. La UOM habla de miles de despidos, pero sigue de tregua con el gobierno. En Rosario son los obreros de la línea blanca quienes enfrentan los despidos y defienden los puestos de trabajo. Es urgente la necesidad de que el sindicato y las comisiones internas se pongan a la cabeza de convocar asambleas en todas las fábricas y talleres y votar un plan de lucha para frenar los ataques y romper el techo en las paritarias.
Organicemos la resistencia al ajuste de Macri
El PTS en el Frente de Izquierda es parte de todas las luchas que los trabajadores, las mujeres y la juventud estamos llevando adelante contra el ajuste macrista en el país. Es por esto que impulsamos, junto a delegados de ATE y en el marco del paro nacional, la acción en el acceso a Acindar denunciando el ajuste, las suspensiones y el protocolo antiprotesta. Lamentablemente la CTA, que tiene miembros en la interna de Acindar, se negó a participar. ¿Si no es para fortalecer la lucha, para que sirven las organizaciones? Las patronales ya están golpeando y hay que pararles la mano: queremos impulsar la resistencia a los ataques que lleva adelante el macrismo con la complicidad del FPV, desarrollar la resistencia y la lucha de los trabajadores para imponerle a los sindicatos que enfrenten las suspensiones y los despidos, fortalecer la lucha por los derechos de las mujeres y extender la organización de la juventud para enfrentar el protocolo represivo y la entrega del país al imperialismo.
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