Hasta hace poco tiempo, la relación entre el virus del Zika y los casos de microcefalia se consideraba una coincidencia basada en el aumento de esta malformación durante el último brote epidémico. En particular en Brasil se reportaban anualmente 163 casos de microcefalia. Pero para enero de 2016, esta cifra había aumentado a 3530. La microcefalia causa una disminución en el tamaño del cráneo, acompañada de hiperactividad y diferentes grados de retraso mental, pudiendo llevar a la muerte. El virus del Zika también ha sido vinculado a otro trastorno neurológico, el síndrome de Guillain-Barré, en el cual el sistema inmunitario ataca los nervios, causando insensibilidad y parálisis progresiva. Los síntomas normales de la infección por este virus, por otra parte, son en gran parte leves y en un alto porcentaje la infección es asintomática. El virus es transmitido por el mosquito Aedes aegypty, el mismo transmisor del Dengue y la Chicunguña.
Dado que esta asociación entre la epidemia de Zika y las malformaciones era circunstancial, otras explicaciones se habían ofrecido para explicar las causas del brote de microcefalia, en especial el uso de larvicidas en el agua de consumo, de las que dimos cuenta en La Izquierda Diario. Sin embargo, recientemente se detectó que mujeres embarazadas que habían visitado Brasil y se habrían infectado con el virus, mostraron daños cerebrales para el embrión, microcefalia y abortos espontáneos, por lo que la conexión con factores ambientales como pesticidas parece improbable.
El pasado 4 de marzo se publicó en el revista Cell Stem Cell un trabajo breve de investigadores de la Universidad Johns Hopkins. Estos científicos tomaron células madre y las transformaron en células progenitoras neurales, un tipo celular que solo se encuentra en los embriones en desarrollo. Encontraron que luego de 72 hs el virus del Zika había matado cerca de un tercio de este tipo de células, sin afectar mayormente las células madre originales ni las neuronas totalmente desarrolladas.
De manera independiente, investigadores de la Universidad Federal de Río de Janeiro publicaron un adelanto de su trabajo en PeerJ Prepints. Este es preliminar, ya que el trabajo no ha sido aún publicado en una revista científica, por lo que no ha pasado por los pasos habituales de revisión. Sin embargo, sus principales resultados coinciden con el trabajo anterior. En este caso, hicieron crecer células madres neurales en pequeñas bolas llamadas "organoides cerebrales", que son versiones muy simplificadas de un cerebro y se utilizan para estudios del desarrollo. Estos organoides fueron infectados con el virus del Zika, y a los 11 días se encontró que tenían un tamaño 40% menor que el de organoides no infectados.
Estos estudios tienen limitaciones, porque usaron células madres para originar el tejido cerebral y simularon el desarrollo in vitro. Pero usar células cerebrales embrionarias humanas tendría serias implicancias éticas, por lo que el próximo paso podría ser desarrollar modelos animales que sufran de la infección por el virus del Zika.
La asociación entre Zica y microcefalia llevó a elaboradas muestras de cinismo de parte de los gobiernos de la región y de la Organización Mundial de la Salud, que han descargado el peso de enfrentar la epidemia en acciones individuales como evitar los viajes a zonas infectadas, usar repelente, etc. Y que llegó al extremo de solicitar a las mujeres "no embarazarse". Lo cual olvida que el acceso a los métodos anticonceptivos es limitado para la mayoría de las mujeres latinoamericanas. Y que en casi toda la región el aborto es severamente penado, incluso en caso de malformaciones durante el desarrollo embrionario. La asociación entre este virus y la aparición de malformaciones en el desarrollo, que limitan severamente la vida adulta de las personas o pueden llevar a la muerte está ahora mucho más respaldada.
El Zika parece ser una nueva enfermedad de la pobreza. El acceso a la salud reproductiva, repelentes de insectos, tanques y depósitos de agua cerrados, agua limpia y ambiente saludable que evite la proliferación del mosquito son las nuevas formas de discriminación que debemos evitar. |