Como parte de la construcción de un relato macrista, el gobierno justifica el despido de 30.000 trabajadores estatales en pos de “achicar el gasto del Estado”. Mientras los trabajadores despedidos son considerados “ñoquis”, el gobierno continúa con la creación de puestos jerárquicos.
Algunos de ellos tienen nombres rimbombantes como el de Directora de Despacho y Mesa de Entradas de la Dirección General de Administración de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales –168 caracteres, no entra ni en un tweet– donde fue designada Inés Zorreguieta, hermana de la reina Máxima e hija del ministro videlista Jorge Zorreguieta. En otros directamente fueron designadas las esposas de los ministros Jorge Triaca, Pablo Avelluto y Andrés Ibarra.
Esta vez los cargos jerárquicos y sueldos abultados son para el Plan Belgrano, cuyo titular es José Cano bajo la órbita de la jefatura de Gabinete de Marcos Peña. La semana pasada se publicó el decreto con la firma de Macri y Peña eliminado seis cargos grado C (cuyos salarios en bruto van de 11 a 22 mil pesos) para crear seis cargos de coordinadores.
Cuatros de los coordinadores poseen rangos de subsecretarios y pertenecerán a las áreas de Desarrollo Humano, Infraestructura, Desarrollo Económico y Empleo, y Relaciones Institucionales y Comunicación. Los otros dos será subcoordinadores, con rango de director nacional, del Noroeste y Noreste.
En todos los casos se tratan de cargos con sueldos que superan los 50 mil pesos neto.
La medida es una muestra más de que detrás de la perorata republicana se recuesta un sector de la casta política que, aún recién llegada al Estado, reafirma sus privilegios. Los políticos que le ponen techo a los aumentos salariales son los que después cobran estos sueldos de privilegios. Contra estos el Frente de Izquierda, en la voz de Nicolás del Caño, levantó como parte de su programa la consigna “que todo funcionario cobre como una docente”.
Cheques sin fondo
Macri había prometido que el Plan Belgrano incluiría obras por $50 millones e inversiones por otros $16 millones. Tras los rimbombantes anuncios y las reuniones con gobernadores de todo el NOA y NEA, los primeros límites del Plan Belgrano afloran.
Tales millones no existen y están supeditados a las negociaciones con los fondos buitres. El propio Alfonso Prat Gay lo reconoció, “nos impide avanzar en cosas fundamentales como el Plan Belgrano y obras de infraestructuras”. Haciendo leña del árbol caído, el sitio La Política Online afirma que Cano “no pudo hacer ni medio metro de ruta hasta el momento”.
Sin embargo, la intención política de que el Plan Belgrano sea una llave maestra que abre las puertas peronistas del norte persisten. Y también se mantiene el costo político de no cumplir con las promesas.
Cano visitó ayer la Legislatura tucumana y le prometió a peronistas y correligionarios que en poco tiempo llegarán los fondos nacionales. ¿Para obras nuevas? No, para reflotar las obras que están paradas desde el año pasado. Algo es algo. |