Foto: sitio de La Razón
Corren tiempos de ajuste y el fútbol no está exento: el esquema macrista de transmisión de los torneos oficiales del fútbol argentino está orientado claramente a favorecer a los clubes grandes y deja a los más chicos ante graves complicaciones económicas, ya que el ingreso por la televisación es la principal fuente de financiamiento. El programa “Fútbol para Todos” se concentra ahora sólo en la Primera División y los Torneos de la B Nacional, B Metropolitana, los Argentinos A y B, y todo el resto de los campeonatos de divisiones de ascenso, pasan a depender directamente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) que es dueña de los derechos de televisación en esas categorías.
El problema radica en dos cuestiones: por un lado, la diferencia de aportes desde el Estado a los clubes de Primera en relación a los de ascenso es abismal (los que menos cobran en la A rondan los 3.800.000 pesos contra 780.000 para los del Nacional B); por otro lado, al manejar AFA esos fondos aplica retenciones a los clubes que los dejan al borde de la ruina. La mayoría de los clubes no llega a cubrir los gastos que implica por ejemplo un torneo como el de la B Nacional en el que los equipos deben recorrer miles de kilómetros para jugar en los distintos rincones del país.
La dirigencia de los clubes de ascenso que tiene representación en AFA comunicó su decisión de parar y no jugar la próxima fecha. Ante este panorama, ayer trascendió un posible acuerdo por el cual todos los clubes de Primera División constituirían un “fondo solidario” y aportarían 200.000 pesos cada uno para compensar el déficit de los clubes de ascenso. ¿Alcanzará a aliviar la agobiante situación?
En principio, los clubes de ascenso aceptarían levantar la medida del paro si se concreta esta propuesta. Pero a largo plazo se avistan nubarrones. El reparto de “la torta” en el fútbol se está configurando de una manera cada vez más desigual: le da las porciones más abundantes a los grandes y las migas a los que menos tienen. |