A la reunión celebrada ayer en Casa Rosada entre gobernadores y el ministro del Interior Rogelio Frigerio, Juan Manzur lo definió como un “primer paso” a un acuerdo sobre el pago del 15 % de los fondos coparticipables que la Nación retiene de las provincias (con la excepción de Córdoba, San Luis, Santa Fe). En el caso de Tucumán, la devolución de ese porcentaje implicaría unos $600 millones anuales extras para las arcas provinciales.
El gobierno nacional propuso un pago en cuotas de la diferencia de coparticipación a razón de un 3 % anual y un plus de igual porcentaje.
“Es una propuesta superadora, pero todavía quedan algunos puntos por resolver en las próximas reuniones”, sostuvo Manzur y adelantó que la semana que viene comenzaran las reuniones técnicas entre funcionarios nacionales y provinciales.
Entre el reclamo y el consenso
Manzur sobrelleva la dependencia financiera cómo puede o, mejor dicho, cómo lo dejan. El pedido por el reintegro de la coparticipación ha sido un punto importante su discurso en la apertura de las sesiones en la Legislatura. También lo ha sido en sus reuniones con funcionarios nacionales.
Con este objetivo logró acordar un bloque único entre los diputados y senadores de la provincia, semanas previas. Pero el reclamo no puede pasar de un pedido, más bien un suplicio, por su debilidad política y su posición en la negociación.
Atento a esto, el gobernador envío señales públicas de acordar con las políticas del macrismo. Así ha declarado una conformidad de la propuesta sobre la negociación con los fondos buitres pero sufrió un tropezón.
Cuatro de los cincos diputados que el peronismo tucumano poseen en la Cámara Baja adelantaron que no darían quorum al tratamiento del acuerdo con los fondos buitres, prenda de negociación entre la nación y los gobernadores. “Macri extorsiona a las provincias con recursos a cambios de votos”, dijo el grupo integrado por Marcelo Santillán, Mabel Carrizo, Alicia Soraire y Miriam Gallardo, afines al núcleo duro del cristinismo. Manzur solo cuenta con Enrique Orellana, quien rompió con el Frente para la Victoria para armar un bloque unipersonal en buenas migas con el massismo. A veces, la lealtad viene de donde menos se espera.
En senadores la cuestión sería más sencilla. José Alperovich y su prima Beatriz Mirkin no contradecirían a Manzur. Pero acá el interrogante se vuelve otro. Al final, ¿quién detenta el poder en el peronismo local? | 
