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La Municipalidad de Rosario siempre hace referencia a la diversidad de propuestas que tiene la ciudad, pero lo cierto es que al final las únicas propuestas que funcionan son las que a través de turbios negocios le generan rentabilidad al partido socialista gobernante de Rosario. Cada lugar que abre sus puertas y quiere funcionar de forma independiente termina clausurado por no cumplir con alguna de las tantas ordenanzas. El no cumplir con las ordenanzas es tan solo una excusa. ¿Te preguntaste alguna vez cómo fue que pasó lo del Café de la Flor?, tenía todo al pie de la letra y de repente un músico murió electrocutado. ¿Te preguntaste alguna vez cuántos lugares funcionan sin cumplir realmente con todas las ordenanzas?
Mientras lugares como Kika (Urquiza 1580) son clausurados, el dueño de La Tienda (involucrado en el asesinato de Pichón Escobar) abre un nuevo boliche en zona sur (Oroño y Uriburu). De todas formas esto no es nuevo, en junio del 2014 ocurrió algo similar con el bar Olimpo, clausurado por “ruidos molestos”.
Queda claro que es su metodología para que queden abiertos los lugares que le conviene a su negocio, dejando el monopolio de la noche a dos o tres empresarios que manejan la noche rosarina. Esto termina obligando a la juventud a que sus salidas nocturnas se limiten a espacios donde la trata y el narcotráfico están al acecho de convertirlos en victimas, mientas que los lugares culturales no pueden trabajar sin tener miedo a que la Municipalidad los clausure en cualquier momento.
Para graficar la realidad de estos espacios, La Izquierda Diario entrevisto Hernán Franicevich, dueño de Let’s Dance (Callao bis, esquina Güemes) quien contó que abrieron sus puertas en el 2010. “No pudimos habilitar el bar con espectáculos en vivo por una normativa de restricción de distancia a una sala de velatorio. La restricción era de 200m y nosotros estábamos a 170m, por lo tanto tuvimos que abrir como bar. La experiencia de trabajar así nos limitó, porque al estar habilitado como bar, el funcionamiento de música (sin que sea en vivo) debe suspenderse a las 2AM. Ni siquiera música funcional después de esa hora, así que imaginate que la gente permanezca en un bar sin música en absoluto, hace imposible funcionar de ese modo. Por lo tanto, al poner música después de las 2AM nos vimos envueltos en una serie de inspecciones donde terminaron multándonos indefinidamente. Multas que no son menores. Representaron muchas veces el monto de venta de ese día, con lo cual te lleva a la ruina completa, sin hablar de las clausuras.”
Explicó que en el 2011 fueron clausurados en el día del aniversario. El jefe a cargo en ese momento les dio la palabra de que ese día como excepción podían seguir con música fuera del horario. Sin embargo, a las 3AM llegaron los inspectores con la única intención de clausura.
Franicevich considera que no son casuales los cierres de estos espacios. “Cuando les dijimos que habíamos hablado con el jefe nos dijeron ´él fue quien ordenó la clausura´. Con esto quiero decir que no solo hay una normativa desactualizada y un estricto cumplimiento de la misma sin consideraciones, sino que también una intencionalidad de persecución. Un inspector una vez vino y hablando con él me dijo ´nuestro objetivo es que vos cierres´ (hablando de las ordenes que recibía de parte de su jefe).”
En los próximos años, el dueño de este espacio fue detrás de un reconocimiento como bar cultural, el cual ya eran en hechos. Tuvieron que cambiar la titularidad del bar para evitar la persecución. Este trámite lo iniciaron a fines del 2014 y recién lo obtuvieron en julio del 2015. Pero ni eso alcanzó para terminar con todo esto.
“Nosotros hacemos un ciclo de cine y a veces la presentación es con micrófono. Si bien estamos para proyectar un día entro un inspector y vio al presentador hablando por el micrófono y nos bajó una falta por espectáculo en vivo. Luego de que nos cansamos de demostrarle que era una presentación de una película, a la cual no quiso razones, por ese simple hecho tuvimos que pagar una multa superior al doble de la recaudación de esa noche. Así que imaginate lo difícil de esto”, expresó el dueño de Let’s Dance. Situaciones similares a esta que relata surgieron infinidad de veces. Obras de teatro, puestas en escena, música en vivo fueron algunas de las actividades que clausuró la municipalidad de Rosario que se jacta de pionera en cultura.
Los que quieren tener su lugar en paz y de forma independiente han formado el ECUR (Espacios Culturales Unidos Rosario), para intentar hacerle frente a esta situación. Incluso sin clausura, en Kika son muchas las multas que han tenido que pagar para poder seguir funcionando. “No se puede pasar música después de las 2 AM”, “en un bar no se puede bailar”, “no cumple la función de bar si hay música en vivo” son solo algunas de las famosas frases que vienen antes de una clausura. Por una vía u otra, el objetivo final es que cierren sus puertas.
Desde ECUR juntarán firmas de todos los interesados para presentar un petitorio por una nueva ordenanza de club social y cultural, que ampare sus espacios. En total son 25 los espacios culturales que forman parte de ECUR (entre ellos: Kika, Olimpo, La Chamuyera, Pichangu, Espiral, Peruta, Frida, La muestra, Distrito Sie7e), y que van a propulsar la ordenanza para que se trate en el concejo. A su vez también existen otros colectivos como el MUR (Musicos Unidos Rosario) que pelea contra la misma realidad hace años, intentando sostener espacios donde los artistas sean realmente reconocidos como trabajadores y no se vean obligados a tranzar con bolicheros y sus pésimas condiciones, donde no solo circula narcotráfico y trata de personas sino que muchas veces terminan en tragedia, como sucedió con Adrian, el músico de Raras Bestias, por quien aun sus compañeros de banda exigen justicia luego de su muerte en el Café De La Flor. |
