La Bataclana se vistió de fiesta para dar inicio a las actividades de este año. Bermellón fue el color con que el espacio se hace ver desde lejos, esta vez, con un hermoso mural que realizó la artista Greta Molas y cuyos personajes parecen habitar la sala.
La jornada se inició con una bienvenida al público mostrando los cambios que se hicieron en la sala, con mucho esfuerzo de este colectivo que le da vida. Se presentó la muestra artística en la antesala a cargo de Paula Paez y Gabriel Alarcón que estará durante todo el mes de marzo en el marco de los 40 años del golpe genocida.
También se estrenó un stand del Instituto de Pensamiento Socialista IPS, con las últimas ediciones y cuyo propósito es ser un punto más de difusión de las ideas del marxismo y venta de libros y revistas de Ideas de Izquierda.
Este año el escenario fue estrenado por el grupo “Tinta China Tangos”, homenajeando de alguna manera a la “Bataclana” término que según el lunfardo, responde a “Mujer, artista de teatro con el pretexto de cantar y bailar”. Y acompañó el público amigo, ese que se hace presente desde el 2007 y que irrumpe en el escenario porque lo toma como propio. Digamos que fue un espectáculo descontracturado.
Varios artistas decidieron sumarse en la marcha, como Cecilia Ruiz, que junto a Romina Santini nos brindaron uno de sus clásicos, esos que sonaron alguna vez en estos 9 años cuando ambas formaban parte del grupo Diente de León. También tuvieron su espacio las acrobacias a cargo de Cecilia Güidone, con música en vivo y un tono de arrabal a cargo de Sonia Villareal. Y para no perder la costumbre, apareció el querido amigo y actor de larga trayectoria en la escena local Olkar Ramirez Witt. Esta vez fusionando el tango con el rap, como siempre, derrochando juventud y alegría.
Se largó la carrera hacia este 2016, que se viene movidito y convulsivo. Con la satisfacción de ver a tantos colegas y amigos que estuvieron incluso en la primer función de Bataclana allá por el 2007. Que dan cuenta del espíritu del espacio que siempre apostó a ser un espacio de trabajo colectivo, de puertas abiertas para quienes quieran compartir un arte que no sea indiferente a los grandes problemas que aquejan a la humanidad y que cuestione todo lo que se impone como dado.
Así larga el 2016:
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