Fotografía: EFE
Los manifestantes cuestionan al Gobierno de Recep Erdoğan su pasividad ante el asedio de EI a Kobani, y su negativa de permitir que llegue ayuda humanitaria y militar turca a esa ciudad siria.
Las manifestaciones, sucedidas anoche, fueron pacíficas, pero frente a la represión policial en ciertos distritos de Estambul los activistas erigieron barricadas, cortaron el tráfico e incluso incendiaron un autobús municipal.
Escenas similares tuvieron lugar en las ciudades de Hakkari, Van, Diyarbakir, Batman, Mardin y otros núcleos del sureste de Turquía, de mayoría kurda.
Turquía realizó ayer numerosos movimientos de tanques en el tramo de la frontera siria frente a Kobani, pero no ha intervenido contra las milicias del Estado islámico, que ya han alcanzado las calles periféricas de la ciudad, donde combaten contra las milicias kurdas locales.
Eso sí, grandes destacamentos de la gendarmería turca, con numerosos vehículos antidisturbios, controlan desde hace más de dos semanas la frontera para impedir la llegada de ayuda humanitaria o armas a las milicias kurdas o a los civiles de Kobani.
Aunque permite en ocasiones el paso a los ciudadanos sirios, no consiente la entrada de ciudadanos turcos ni el paso de vehículos y en reiteradas ocasiones ha evacuado la zona fronteriza e impedido también el paso a la prensa.
Casi a diario, las manifestaciones kurdas locales en la zona fronteriza han sido dispersadas con gas lacrimógeno, aun cuando eran totalmente pacíficas.
Como parte de estas manifestaciones, más de un centenar de manifestantes kurdos irrumpieron hoy martes en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas para protestar por la pasividad que a su juicio tiene la Unión Europea (UE) ante el avance del Estado Islámico (EI).
Los manifestantes protestan por la "masacre" llevada a cabo por las milicias del Estado islámico la ciudad sirio-kurda de Kobani, en la frontera con Turquía, el 15 de septiembre, según un comunicado que distribuyeron a la prensa.
Numerosos dirigentes kurdos han avisado que la probable caída de Kobani, de la que culpan a Ankara, pondría en peligro las negociaciones entre Turquía y la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
La tragedia del pueblo kurdo
El Kurdistán es un territorio históricamente reclamado por el pueblo kurdo. Actualmente este territorio se encuentra dividido entre cuatro países. Se calcula que los kurdos son actualmente entre 40 y 50 millones, repartidos entre Turquía, Irán, Irak, Siria y Armenia. Se les considera el mayor pueblo del mundo sin un Estado y un territorio propio.
En Turquía, la nación kurda no existe oficialmente y ha sufrido una brutal represión por el gobierno de Ankara. El movimiento independentista kurdo, organizado principalmente en la guerrilla del PKK, sufrió duras represalias por parte del ejército turco. Se estima que la masacre sobre los kurdos dejó 37.000 muertos desde finales de los años ochenta. Actualmente, la represión policial y militar continúa.
Tras el derrocamiento de Sadam Hussein a causa de la invasión de Irak liderada por EE.UU en 2003, el Kurdistán iraquí logró cierta autonomía, aunque en tensión con las autoridades de Bagdad y bajo el control de Estados Unidos. Esta situación comenzó a cambiar desde el avance de las milicias del Estado islámico (EI) en el norte de Irak y Siria.
Actualmente, los kurdos son la principal oposición militar situada en el terreno contra el avance de los militantes del EI. Sin embargo, este hecho no significa que los kurdos se encuentren más cerca de sus aspiraciones de independencia nacional.
Los Estados Unidos y otras potencias han armado a los peshmergas (guerrilleros kurdos) en el Norte de Irak, bajo las promesas de apoyar su reclamo histórico de un Estado propio, y se han transformado en uno de sus principales aliados en Oriente Medio, ubicándose como avanzada de su lucha contra el Estado islámico.
Sin embargo, una solución definitiva para el oprimido pueblo del Kurdistán difícilmente pueda venir de los Estados Unidos, Alemania y el resto de las potencias capitalistas, acostumbradas a armar y desarmar “estados” de acuerdo a sus intereses estratégicos y geopolíticos.
Redacción ID / EFE/Reuters |