La Cámara de Diputados dio media sanción a la “ley Griesa”. Ahora viene el Senado, una de las instituciones que mejor expresa el carácter antidemocrático de la democracia burguesa. Dirigida por el vicepresidente de la Nación, está dominada por las oligarquías provinciales y cobija en sus bancas a algunos de los más cínicos representantes de la casta política.
Todo el régimen electoral está organizado para subrepresentar a los distritos que alojan a las principales concentraciones de la clase trabajadora, como el Gran Buenos Aires, el Gran Rosario y Córdoba, favoreciendo la representación de los caudillos políticos de las provincias menos pobladas. En el Senado este mecanismo se hace más brutal aún. Tras el Pacto de Olivos, dos senadores le corresponden a la mayoría, uno a la minoría, siempre de los partidos tradicionales.
Ganan más de 80 mil pesos por mes, entre las dietas, pasajes, gastos de representación y desarraigo.
¿Quiénes se disponen, por ejemplo, a decidir sobre la “ley Griesa” a espaldas del pueblo? El terrateniente y caudillo salteño José Luis Romero, con su coterráneo, el empresario Rodolfo Urtubey. Por el pueblo de La Rioja decidirá Carlos Saúl Menem, emblema del neoliberalismo y la corrupción. Desde el Norte también estará el empresario, terrateniente y exgobernador tucumano José Alperovich y la añeja fórmula jujeña Fellner-Barrionuevo. Uno de los que decidirá “por los correntinos” será el oligarca Néstor Braillard Poccard, ex funcionario de la dictadura. El empresario sojero Alfredo De Angelis será representante entrerriano. Por la patria sojera también estarán el empresario santafesino Carlos Reutemann y el enemigo de los Qom José Mayans. Por Cuyo estarán los reconocidos Julio Cobos, el caudillo de San Luis Adolfo Rodríguez Sáa y los tres senadores de la Barrick Gold y el peronismo sanjuanino.
Y así sigue la lista. Nadie duda que estos señores (y señoras) feudales apoyarán la nueva entrega. Es lo que ordena la clase social para la que “trabajan” y los gobernadores feudales que seguirán endeudando a sus provincias ante la quiebra fiscal.
¿El Frente para la Victoria, que tiene mayoría en el Senado, hará una gesta “nacional y popular” y rechazará el pacto? ¿Con esa mayoría, decidirá impulsar una consulta popular? No hay que ser ingenuo. Solo propondrán pequeñas enmiendas pero avalarán la entrega; será otra mancha imborrable.
El Frente de Izquierda denuncia el nuevo pacto. Rechaza el pago de la deuda y exige una consulta popular vinculante para que el pueblo decida. Además plantea la abolición de la antidemocrática Cámara de Senadores y la creación de una cámara única, utilizando a todo el territorio nacional como distrito único, integrada por legisladores que sean revocables por los electores y cobren lo mismo que un docente. |