En una audiencia pública, la Intendenta Mónica Fein anunció un plan de reconversión de Villa Moreno. El mismo plantea una inversión de 80 millones de pesos e obras de infraestructura como pavimentación, una red cloacal y alumbrado público, dando respuesta a necesidades básicas de los vecinos, insatisfechas desde hace años. La inversión incluye también un dispositivo de asistencia al adicto a drogas, denominado “Unidad de Consumos Problematizados”.
Villa Moreno fue el escenario, hace 5 años, del crimen de Jere, Mono y Patom, militantes sociales asesinados por balas de narcos. Los mismos narcos que, con protección y connivencia policial, jurídica y política, negocian a sus anchas en los barrios rosarinos.
Durante los últimos cinco años, vecinos del barrio, organizaciones sociales y políticas llevaron adelante la lucha por el esclarecimiento del triple crimen y el castigo a los responsables. Y simultáneamente fueron apareciendo nuevos reclamos de justicia. Mecha Delgado, asesinada por las bandas narco con protección policial, y los casos de Franco Casco, Jonatan Herrera, Pichón Escobar, asesinados por la misma policía que protege y administra el negocio narco en Rosario.
Esta inversión que realiza hoy el Gobierno municipal no puede entenderse sin ese contexto. Porque, mientras no cuestiona ni afecta el poder narcopolicial, el Gobierno de Fein responde a las tan relegadas demandas de Villa Moreno. Y mientras, en la provincia de la riqueza agropecuaria, muchísimos vecinos de otros barrios siguen sin tener resueltas sus necesidades básicas. |