La puesta en escena no dejó lugar a dudas. Desde temprano la Costanera de la Ciudad de Buenos Aires se llenó de francotiradores, vigías, agentes de la CIA, autos blindados, motos y los más sofisticados vehículos de telecomunicaciones. Todos pertenecientes al Estado norteamericano. Todos armados hasta los dientes. Sumados a ellos, cientos de efectivos de la Policía Federal Argentina (en cuyas filas aún revistan muchos protagonistas del genocidio) obviamente también armados hasta los dientes.
En ese contexto, cerca de las 11 de la mañana Obama y Macri estaban muy cómodos. Rodeados de personas, yanquis y argentinas, que en su gran mayoría nunca marcharon un 24 de marzo ni mucho menos tienen a la Memoria, la Verdad y la Justicia como emblemas de lucha colectiva.
Primero, sin presencia de cámaras periodísticas que transmitieran en vivo, recorrieron el Parque de la Memoria y vieron los centenares de fotografías de desaparecidas y desaparecidos. Minutos después, desde la sala PAyS (Presentes, Ahora y Siempre) y ubicados en dos tarimas, los mandatarios fueron recibidos en silencio. El “acto homenaje” duraría solo 13 minutos, repartidos entre dos discursos escuetos. Primero habló Omaba y luego Macri.
“Este parque es un homenaje a la valentía”, fueron algunas de las primeras palabras de Obama. Y a la distancia se dirigió “a esos familiares, a sus incesantes y constantes acciones que han marcado una diferencia. Ustedes han liderado los increíbles esfuerzos para que se responsabilice a aquellos que perpetraron esos crímenes. Ustedes son los que harán que el pasado se recuerde y se cumpla con la promesa de ’Nunca Más’”, señaló.
Buscando generar alguna empatía con el pueblo argentino, Obama dijo que “hoy también recordamos a quienes lucharon mano a mano con los argentinos por los derechos humanos. Los científicos que acudieron al llamado de las Abuelas de Plaza de Mayo y ayudaron a identificar a las víctimas tanto aquí como en todo el mundo. Los periodisitas como Bob Cox, que denunciaron los abusos a apesar de las amenzas a ellos y sus familias. Y los diplomáticos como Ted Harris, Pat Derian y el presidente Jimmy Carter, quien entendió que el los derechos humanos son un elemento fundamental de la política exterior” de Estados Unidos.
Obama dijo “saber” que “existen polémicas sobre las políticas de Estados Unidos en esos días oscuros. Las democracias deben tener el valor de reconocer cuando no se está a la altura de los ideales que defendemos, cuando hemos tardado en defender los derechos humanos; eso fue el caso de Argentina”. De allí la promesa de desclasificar “aún más archivos de aquella época, incluyendo archivos militares y de inteligencia. Esta posición moral explica la responsabilidad que tenemos”.
Por último, en otro guiño a muchos de quienes miraban por televisión, Obama dijo que “los Estados Unidos continuarán siendo socios de las familias de las víctimas en la búsqueda de la verdad”. Un tibio aplauso dio cierre al discurso.
Mauricio Macri se había olvidado el papel donde había escrito lo que tenía que decir. Preocupado por no poder hilar un discurso medianamente acorde a las circunstancias, prefirió romper el protocolo y con señas grotescas le pidió a un asistente el “ayudamemoria”.
“Hoy se cumplen 40 años del golpe militar que consolidó la época más oscura de nuestra historia”, arrancó Macri. “Como lo propuse en mi discurso del 1° de marzo en la Asamblea Legislativa, es una oportunidad maravillosa para que todos gritemos juntos Nunca Más a la violencia política y Nunca Más a la violencia institucional”, continuó.
Con su típica retórica, opuesta a cualquier tradición de lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia, Macri afirmó que “hoy recordamos a víctimas que pagaron con su vida las intolerancias y divisiones entre los argentinos. Por eso, coincidiendo con usted Presidente (Obama), tenemos que reafirmar nuestro compromiso en defensa de la democracia y los derechos humanos, que todos los días en algún lugar del mundo se ponen en riesgo”.
El Presidente finalizó agradeciéndole a Obama “esta visita a nuestro país en este día tan especial para nosotros y que nos da la posibilidad de trabajar juntos en la defensa de estos valores en todo el mundo, que nos obliga a no ser testigos pasivos de este tipo de violaciones”.
Vale recordar que hubo variadas polémicas sobre las posibilidades de que Obama participara este día en algún acto referido a los 40 años del golpe genocida. Por caso, hasta hace una semana el gobierno argentino no descartaba la chance de que el presidente yanqui pisara hoy el predio de la ex ESMA. Finalmente reconocieron que eso hubiera sido una verdadera provocación.
Buscando una alternativa, eligieron el Parque de la Memoria de la Costanera, allí donde hace pocas semanas Estela de Carlotto y el presidente francés Francoise Holande arrojaron flores al río. Ayer, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo avisó que ellas y otros organismos no participarían del acto de hoy, ya que no había "consenso" para asistir.
Sin embargo el evento no estuvo exento de otras provocaciones. Por caso, desde el gobierno estadounidense se había comunicado públicamente que el homenaje sería a las víctimas de la “guerra sucia”, la nefasta definición abrazada por el imperialismo y por los militares que consumaron el genocidio.
Trece minutos y unas pocas frases abstractas les alcanzaron a Macri y a Obama para consumar su cínico acto de “memoria”.
Foto: Reuters | 
