Esta semana se profundizó un importante debate en la izquierda y en especial entre dirigentes y militantes del Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Esto a raíz de que la principal figura del partido, Luciana Genro, de la corriente Movimiento de Izquierda Socialista (Movimento de Esquerda Socialista - MES) concedió una entrevista al diario Folha de San Pablo defendiendo la propuesta de elecciones generales.
El MES ya había publicado una nota de su Ejecutiva Nacional apoyando la política defendida por los parlamentarios de Marina Silva que buscaban la anulación de la fórmula presidencial Dilma-Temer por la vía del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y convocar a nuevas elecciones presidenciales.
Lo que llamó la atención fue que en medio de todo este debate, Luciana que ya había llamado a todos a tranquilizarse declarando que “no habría ningún golpe, habrá apenas impeachment” ahora nuevamente tranquiliza a todos planteando: “Y no vengan con el espanto de Bolsonaro (parlamentario ultraconservador) para decir que no se puede convocar a elecciones. Es Marina quien lidera las encuestas. Y nosotros vamos a la lucha”.
Esta posición es coherente con las declaraciones de Luciana Genro que afirma que Sérgio Moro, a pesar de los “excesos”, está encarando un momento histórico en Brasil por su lucha contra la corrupción. Como si existiese alguna lucha real contra la corrupción, elemento inherente del sistema capitalista, por fuera de una lucha contra todo este sistema. Sin embargo, para Luciana todos los partidos quieren detener la Operación Lava-Jato.
Luciana Genro “se olvida” el hecho más que evidente, que la Operación Lava-Jato y el Poder Judicial en Brasil pueden considerarse como un “partido político”, apoyado por el imperialismo, que tiene como objetivo implementar ataques aun mayores a los ya implementados por el PT.
Analicemos entonces, lo que sería el supuesto “tercer campo”. Luciana Genro considera que para no ser una línea auxiliar del PT, necesita diferenciarse de todos los sectores que abiertamente hablan contra el impeachment, y el modo de hacerlo en este caso, es directamente no oponerse al impeachment. Nunca se define contra el impeachment, solo si alguien le pregunta insistentemente responde: “Claro, estoy contra el impeachment que busca instalar a Temer”. ¿Será que si fuese Marina Silva la que asumiera lo apoyaría?
El miedo que Luciana Genro tiene de aparecer como línea auxiliar del PT curiosamente no es el mismo que tiene de aparecer como línea auxiliar de la derecha y del mismo impeachment. Esto es lo que le permite gritar a los cuatro vientos la necesidad de elecciones generales, como si esta propuesta no fuese, en el momento actual, otra forma de buscar a través de las propias instituciones del régimen, como el Tribunal Superior Electoral, la forma de imponer un golpe institucional contra un gobierno que obtuvo el voto de millones de personas. Según Luciana Genro esta sería una “real democracia”.
La verdad es que no hay ningún tercer campo en su posición. Quiere presentarlo como una salida en la que el pueblo decide, pero su línea política no tiene ninguna relación con construir una movilización independiente de los trabajadores y la juventud que en este momento pasa por posicionarse firmemente contra el impeachment, las maniobras jurídicas y los ataques y ajustes del gobierno del PT.
En verdad, lo que aparece detrás de esta posición de Genro es puro electoralismo. Quiere capitalizar el sentimiento de rechazo al gobierno, incluso el que proviene de la derecha, en las supuestamente “contradictorias” marchas del pasado 13 de marzo, que como todo el mundo sabe, estaban integradas por sectores reaccionarios de la clase media brasilera.
Y también por esto, al fin de cuentas así “sin declararlo oficialmente”, Luciana Genro ya deja apuntado en su última nota que con elecciones generales quien ingresaría sería Marina Silva y que frente a esto no tiene ningún problema: “Vamos a la lucha”. Tratando a Marina Silva tal vez como el “mal menor”, cuando Marina es una figura de un partido burgués como REDE que en las últimas elecciones dio su apoyo al PSDB de Aécio Neves. Luciana Genro muestra que su tercer campo no tiene nada de independiente y mucho menos de lucha de clases.
Es, en realidad, el campo de la Operación Lava-Jato, el del partido REDE de Marina Silva y el de todos los que no se oponen al impeachment y están a favor del golpismo institucional por otras vías, es decir, es un campo de clase reaccionario.
No es posible hoy tener una posición de independencia de clase ni siquiera luchar seriamente contra los ataques y ajustes del gobierno de Dilma, que busca en la figura de Lula una nueva posibilidad para aplicar los ajustes, sin partir de rechazar el impeachment. De nuestra parte, a partir de las discusiones que hicimos en la reciente Conferencia Nacional del Movimiento Revolucionario de Trabajadores(MRT), es necesario plantear en las asambleas estudiantiles y obreras la exigencia de un plan de lucha contra el impeachmnt, las maniobras jurídicas y los ataques y ajustes del gobierno del PT. Debemos exigir que las centrales sindicales rompan su subordinación al gobierno y organicen un plan de lucha urgente.
Como parte de esta lucha concreta, debatir con los trabajadores la necesidad de imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que deje en nuestras manos las respuestas a esta situación, cuestión que ni el gobierno ni los partidos burgueses ni mucho menos la Operación Lava-Jato podrán hacer. Este es el camino para construir un tercer campo, de independencia de clase, que contribuya a la lucha por un gobierno de los trabajadores y del pueblo pobre.
Traducción: Liliana O. Caló |