El pasado miércoles 6 de abril una comisión de representantes indígenas de diversas etnias y del Consejo Indígena de León, acudió al Palacio Legislativo con motivo de una reunión en donde las comunidades originarias demandaban oportunidades educativas y laborales, así como empleos para los migrantes que vuelven del “sueño americano” y están condenados a sumarse al comercio informal.
Denunciaron que el gobierno municipal del PAN les impide vender sus productos, decomisa su mercancía y que son continuamente agredidos por la fuerza pública o por policía privada.
Ante estas quejas, la diputada Luz Elena Govea, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y grupos Vulnerables del Congreso, respondió que para conseguir trabajo, era necesario manifestar las aptitudes con las que se cuenta. Así, “no se imagina” a las mujeres indígenas en una fábrica, trabajando de intendencia en algún edificio o detrás de un escritorio, sino en el campo, haciendo artesanías en su casa y vendiendo nopales.
“Si ustedes deciden abandonar sus tierras, nos quedamos sin nuestras raíces. Piensen en eso cuando quieran ver un futuro”, continuó la diputada.
Integrantes del Consejo Indígena aseguraron que en León los comerciantes indígenas han sido desalojados, y se manifestaron inconformes con la “alternativa” ofrecida por el gobierno local, a saber, la oportunidad de que 40 personas (de entre los 15000 indígenas que se cuentan en Guanajuato) vendieran sus productos en la Feria de León. “La gente no puede vivir de lo que se vendió en la feria el resto del año”, dijeron.
Hipocresía de los de arriba
Algunas voces han querido hacer pasar las declaraciones de Govea por “paternalistas” y quienes han sido más duros, han dicho que se trata de “ignorancia” de la diputada. Sin embargo, cualquiera de esas dos justificaciones invisibiliza no sólo lo profundamente discriminatorio de los dichos de la diputada priista, sino también que la situación en la que viven millones de indígenas en nuestro país es producto de una política estatal que no se interesa en lo más mínimo por preservar ni sus lenguas, ni su cultura, ni sus tradiciones.
A los dichos de Luz Govea se suma la denuncia de los espectaculares con que el PRI nacional ha estado haciéndose publicidad. En ellos, se lee “Internet para todos. Para que los niños chatinos puedan aprender español” y están ilustrados con la imagen de una niña ataviada con sus vestidos tradicionales, relacionando el atraso educativo con las lenguas indígenas.
No olvidamos la fotografía que publicó por medio de su cuenta de Twitter el exsubsecretario de desarrollo social, Ernesto Nemer, en donde un niño chiapaneco le limpiaba las botas. Pese al escándalo, el gobierno del también priista Enrique Peña Nieto le premió poniéndolo a cargo de la Procuraduría General del Consumidor.
El gobierno mexicano, a pesar de figurar como adherente a diversos acuerdos y tratados internacionales por la preservación de las culturas indígenas, ha ignorado una y otra vez las recomendaciones en materia de derechos humanos para los pueblos originarios.
Son las comunidades indígenas las que más sufren el flagelo de la violencia y la pobreza, no sólo por su ubicación geográfica, sino por la posición de un gobierno que se niega a respetar su existencia porque hacerlo contravendría los intereses de las gran fortunas, a quienes les preocupa despojar de sus tierras y espacios sagrados a miles de personas y quienes demandan cada vez más fuerza de trabajo barata.
Puedes ver aquíel video de las declaraciones de Luz Govea. |