Medidas derechistas
A la vez que concluyó la aprobación de la reforma laboral con un marcado carácter pro-empresarial, y que se alista a enfrentar controvertidas reformas como la educacional, el aborto en 3 causales y el proceso constituyente, el Gobierno está en curso de aprobación de leyes derechistas: la agenda corta-anti-delincuencia con mayores atribuciones represivas para Carabineros; el perfeccionamiento de la ley anti-terrorista; la ley mordaza.
A la vez, atacan al pueblo mapuche con nuevos montajes y campañas mediáticas, como la detención de los inculpados por los Luchsinger-McKay. O la represión y los hostigamientos policiales a los trabajadores públicos en lucha en Atacama.
Todo para defender los intereses empresariales y los privilegios de sus representantes parlamentarios y funcionarios.
Pero, además, con un carácter preparatorio, porque las tensiones lejos de disminuir, van en aumento.
Tensiones en el régimen
La Junta Nacional de la DC se sorprendió con la renuncia de su cuestionado presidente el senador Jorge Pizarro. Resultado del cruce de dos serios problemas: las investigaciones de corrupción, que no se limitan al ahora ex presidente falangista, y la unidad de dicho partido. La solución alcanzada, solo extiende los problemas: la voz cantante la llevan los opositores al programa del Gobierno, los hermanos Walker, Andrés Zaldívar, la dupla Walker Martínez-Soledad Alvear, pero en la presidencia interina pusieron a Carolina Goic, favorable al programa del Gobierno.
Las investigaciones por corrupción, sigue sacudiendo a la derecha. La UDI está en el ojo de la tormenta. Su dirigente histórico Pablo Longueira declaró como imputado en investigación por cohecho y se conocen nuevos hechos. La Fiscalía tomó la declaración de un imputado por platas de Penta a Ena von Baer, y avanza en la formalización de Laurence Golborne, ex pre-candidato presidencial de la UDI. Ahora se avanza en el financiamiento de las campañas presidenciales de Frei, Bachelet y Piñera. Del Gobierno de Piñera, declararon 4 ex ministros: de Hacienda Felipe Larraín, de Secretaria General de la Presidencia Cristian Larroulet, de Minería Laurence Golborne, de Economía Pablo Longueira, además del propio Piñera.
La derecha se ve sacudida por sus divisiones internas. La UDI pidió investigar el financiamiento del grupo Angelini a una empresa de RN. RN anunció que no iría a primarias sino llevaría candidato presidencial propio. El PRI anunció que no firmaría la Declaración de constitución de Chile Vamos sino incluye ciertos conceptos, como por ejemplo, “capitalismo salvaje”, difícilmente aceptables para el resto. Dificulta el engaño de un recambio por derecha (lo que se preguntan, con preocupación, sobre que no pueden capitalizar la debilidad del Gobierno y la coalición oficialista).
Una nueva encuesta Adimark, reconfirma el alto rechazo a todas las instituciones de régimen: la aprobación de Bachelet es de solo 26% y pierde piso entre los sectores más pobres, la aprobación de la Nueva Mayoría es de solo 17% (cayendo 5 puntos), de la derecha es de 16% (cayendo 4 puntos), de Diputados es de 13%, del Senado de 15%.
La persistente crisis de representatividad y legitimidad del régimen los alerta porque ninguna medida para revertirla parece tener efecto. Y no es solo efecto de la crisis de los casos de corrupción.
Nuevos fenómenos políticos por izquierda y de la lucha de clases
También es por la experiencia que se está haciendo con el Gobierno y el Programa de la Nueva Mayoría.
El largo, combativo y duro paro de los trabajadores del sector público de Atacama, concluye en un amplio rechazo a Bachelet. No es un dato menor: en esa Región, obtuvo una votación de casi 65% y en algunas localidades de 85%. Se une a la conclusión que sacaron sectores de los funcionarios públicos cuando se manifestaron por el reajuste a fines del año pasado, tratando de “traidores” a los parlamentarios de la Nueva Mayoría y del PC.
En el movimiento de los trabajadores se producen nuevos fenómenos, al menos cinco son clave. El primero, la creciente disposición a la lucha, como se ve en los paros largos en el Registro Civil, los profesores, los trabajadores públicos de Atacama. El segundo, que se retoman métodos combativos como los bloqueos de accesos a los lugares de trabajo, o directamente tomas, cortes de calles y de rutas, como vimos también en el Registro Civil, los trabajadores públicos de Atacama, los contratistas de Codelco ante el Acuerdo Marco, los profesores. El tercero, un ánimo contra las cúpulas burocráticas, como vimos entre los profesores en la llamada “rebelión de las bases”, con los trabajadores públicos ante la negociación del reajuste anual. El cuarto, las tendencias a la unidad, como vimos entre los trabajadores portuarios en los años pasados ante la media hora de colación o la huelga de Mejillones. Ahora, se agrega un quinto, con nuevos movimientos de re-organización, que se expresan en la reciente formación del Frente de Trabajadores Mineros y del Frente de Trabajadores de la Minería Nelson Quichillao, que se plantean la recuperación de las organizaciones sindicales de manos de las cúpulas burocráticas y sus políticas sindicales, y de colaboración con el Gobierno.
Hay que agregar que la continuidad y profundización de la desaceleración económica, puede estar abriendo paso a una puja distributiva.
A la vez, crece la lucha del pueblo mapuche, y se anuncian movilizaciones estudiantiles, convocando a una movilización el 21 de abril conjuntamente los universitarios, los secundarios y los funcionarios de las Universidades. Y ganan peso nuevos fenómenos políticos que expresan de distintos modos distintos grupos de izquierda, con las instituciones del régimen oscilando en cómo tratarlos, como retrata Giorgio Jackson, con un día invitándolo al encuentro empresarial de Icare, y otro día atacándolo en campaña con sus medios de prensa por supuesto uso de pasajes parlamentarios de avión para su campaña de inscripción como partido.
Para enfrentar estos fenómenos, que se combinan con la crisis de legitimidad y representatividad, es que el Gobierno se prepara con estas medidas derechistas.
Con la más amplia unidad de acción, la izquierda debe prepararse a su vez para conquistar sus demandas, y enfrentar los ataques y las medidas en defensa de los intereses de los empresarios y los privilegios de la casta de parlamentarios y funcionarios a su servicio. |