La agencia calificadora de riesgo crediticio Moody’s elevó hoy la nota de la deuda argentina de Caa1 a "B3" con perspectiva estable, tras el fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York, porque “le permitiría regularizar sus obligaciones con los acreedores”.
En un comunicado, Moody’s destacó que "la probabilidad de que la Argentina realizará pagos a los tenedores de bonos reestructurados aumentaron significativamente después de que la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos fallara a su favor".
En otro de los puntos clave, la agencia destacó "las mejoras en las políticas económicas que tomó el nuevo gobierno desde diciembre". ¿Mejoras para quién? Así, puntualizó "el levantamiento de los controles de capital, permitir que el peso flote más libremente, y la reducción de los subsidios a la energía y el transporte". Una clara definición de los “criterios” (patronales) con los que se evalúan las políticas económicas en la calificadora.
Continuando con esta lógica, subrayó que la nueva administración gubernamental "ha comenzado a abordar los desequilibrios macroeconómicos que existen desde hace mucho tiempo". Ya que "a pesar de que el nuevo gobierno heredó un alto déficit fiscal, el cual sigue siendo un desafío clave, tiene como objetivo reducirlo y ponerlo en equilibrio en 2019".
Moody’s indicó que el déficit de 4,8 por ciento calculado para 2015 por la administración saliente subestimó la brecha entre ingresos y gastos. En ese sentido cuestionó el monto que se imputó como transferencias por utilidades del Banco Central y el “retraso” de los pagos a proveedores. La agencia consideró que realizando esos ajustes el déficit del año pasado fue de 7 por ciento del PBI.
A su vez, destacó que "el aumento en las tarifas de electricidad y en las de transporte público se traducirá en un ahorro de más del 1% del PIB", sin hacer mención a los efectos inflacionarios y el impacto social del “ahorro” fiscal. Por el contrario, y continuando con las loas al gobierno macrista, Moody’s remarcó que "la inflación de Argentina se encuentra entre las más altos de todos los soberanos calificados, probablemente terminando cerca de 30% el año pasado" y recalcó que "la actual administración sigue trabajando en la restauración de la calidad de las estadísticas económicas del país". En contrapartida, indicó que "el gobierno redujo derechos de exportación, por lo que se espera un déficit de más del 5% del PIB este año, pero en declive", continuó.
"El objetivo del gobierno es reducir la inflación a un solo dígito en 2019 y se espera que la inflación comenzará a caer en el segundo mitad del año y terminar por debajo del 25% en 2017", agregó la calificadora.
Además pronosticó que el PBI caerá 1 por ciento en 2016 a raíz de que el país "trata de controlar su alto déficit y la inflación" pero advirtió que "debe volver al crecimiento en 2017 respaldado por una mayor inversión", que no está claro de dónde ni hacia dónde prevén que se dirigirán.
Fuente: DyN |