El viernes 15 se hicieron las elecciones de la Federación Gráfica Bonaerense. La Lista Verde que hace décadas conduce el sindicato obtuvo un 76,8% de los votos según el acta de escrutinio. Unos seis mil trabajadores gráficos votaron durante todo el día en más de 150 talleres y, al igual que en anteriores elecciones la jornada estuvo plagadas de irregularidades. Esto fue denunciado desde las primeras horas por la Bordó, quienes fuimos perjudicados por estas maniobras fraudulentas. En Madygraf la urna llegó tres horas tarde, dificultando el voto de los trabajadores del turno noche. En otros talleres se empezó a votar con varias horas de anticipación, sin los fiscales de la Bordó presentes. Por ejemplo, en IPC Tobacco los fiscales Verde y Naranja acordaron comenzar los comicios tres horas antes sin nuestra presencia. Otro caso es de la ex Ciccone donde nuestro fiscal llego a las cinco de la mañana y ya casi estaba terminada la votación.
Durante el escrutinio final, acompañamos el pedido de impugnación de 10 urnas que hizo la Naranja, en la mayoría de los casos, por no contar con el padrón de votantes correspondientes. En el acta final la Junta electoral solo anuló 8 de las urnas impugnadas por las dos listas de oposición. Por eso, desde la BORDÓ nos negamos a firmar el acta de escrutinio final, al igual que la lista Naranja. Nosotros mantendremos nuestra posición e insistiremos en que se acepten nuestras impugnaciones, pese a que esto no cambia el resultado general de la elección.
La Lista Naranja impulsada por el PO y con peso en las empresas AGR, Morvillo e IPESA, sacó 1016 votos, algo más del 17%. El 40% de sus votos provienen de esas tres empresas. Mientras, la Bordó impulsada por obreros de la ex Donnelley hoy Madygraf, Ramón Chozas, Worldcolor y Printpack y apoyada por el PTS obtuvo el 5% de los votos.
Pese a las serias irregularidades que ya son moneda corriente en las elecciones del gremio, tanto en 2008 como en 2012 fue posible superar el 20% de los votos necesarios para obtener la minoría de los congresales. Con estos antecedentes, se podían hacer muchas cosas pero jamás dividir a la oposición. Esto es lo que hizo la Naranja/ PO. Por eso, esta vez no se logró superar ese porcentaje y lamentablemente se perdieron todos los congresales de oposición que quedarán en manos de la Verde, responsable de despidos, cierres y aumentos de salarios que no alcanzan. La responsabilidad de esto le cabe de forma excluyente a la Naranja que se negó de forma abierta a reeditar el Frente Naranja Bordo que en el 2012 había obtenido el 30%.
La política del la Naranja fue totalmente suicida ya que se perjudicaron a sí mismos de una manera increíble (y a los obreros antiburocráticos) y basada en consideraciones sectarias y anticlasistas. Primero fue la conducción Verde del Sindicato quien nos quiso dejar afuera de los padrones y de las elecciones a todos los obreros y obreras de Madygraf y Worldcolor, porque según ellos no nos habíamos re empadronado a tiempo, luego del cierre de nuestras fábricas y la puesta en producción bajo control obrero. Esto, pese a que en ningún lado figura semejante requisito. De esta forma quisieron dejar afuera de la elección a trabajadores que vivimos una situación dificilísima. No es sencillo hacer producir una fábrica como Donnelley y mantener 200 familias, soportar las amenazas de desalojo, a los síndicos que se llevan parte de lo que facturamos, a los clientes que quieren sacar provecho y a los diputados que se niegan a votar una ley de expropiación. Ni hablar los compañeros y compañeras de WC.
En ese marco intentar dejarnos afuera de la elección sindical, era una forma de querer aislarnos más, de dificultar más una situación de por sí muy complicada. La Naranja de manera increíblemente hostil se negó a apoyar nuestro reclamo para que fuéramos incluidos en el padrón y pudiéramos votar y ser votados. Como si esto no alcanzara, se opusieron a hacer un Frente, provocando de esta forma, que haya dos listas de oposición, cuando desde la Bordó habíamos logrado vencer la proscripción. Por desgracia esto hizo que la propia Naranja perdiera todos sus Congresales que se podrían haber mantenido sin dificultad si aceptaban el frente de oposición donde la Bordó había propuesto que encabezara la Naranja.
Con enorme esfuerzo los obreros de la Bordó nos cargamos una complicada campaña al hombro, recorrimos talleres, fuimos a parques industriales, hablamos con cientos de compañeros. La Agrupación Gráfica Clasista sacó fuerzas y salió a dar la pelea. El resultado obviamente es modesto, aunque la Bordó ganó en Madygraf, Worldcolor, Printpack y en Ramón Chozas con un resultado histórico, derrotando a la verde y a mil maniobras. Estos resultados se dan pese a que el cierre de Donnelley y Worldcolor significó la ida de decenas y decenas de compañeros que tuvieron más urgencias que el tiempo necesario para poner en pie un control obrero que pudiera satisfacer sus necesidades y las de su familia. Además esta es la primera vez que nos presentamos como lista independientes en una eleccion del Sindicato contra dos Listas que vienen actuando desde 1984. Por eso sentimos orgullo de haber plantado una bandera en el gremio, la bandera de un sector de trabajadores que pelea por una oposición unitaria y de lucha, que busca realmente recuperar el Sindicato para los trabajadores.
La Naranja-PO debería reflexionar muy seriamente adonde lo llevó su sectarismo y hostilidad hacia estos trabajadores combativos. Esta política criminal de darle la espalda a una ocupación y puesta en marcha bajo gestión obrera como la ex Donnelley (del que era accionista el fondo buitre de Paul Singer), en lucha por su expropiación contrasta con lo expresado por varios artistas que fueron a la fábrica a darnos su apoyo.
Una política pensada en función de querer derrotar a otra corriente de izquierda y no desde los intereses de la lucha del conjunto ya se había visto brutalmente expresada cuando los delegados de la Naranja, que dirigen la interna de Morvillo, se negaron a apoyar a los compañeros de Worldcolor que pertenecían a la misma patronal y fueron despedidos en su totalidad cuando la planta cerró. La Naranja llegó a repudiar acciones de lucha hechas en Morvillo que no sufrió despidos por parte de los obreros de WC. Ahora esta hostilidad anticlasista tuvo su precio y a los únicos que beneficia es a la burocracia.
El PO debería aprender de estos errores recuerrentes que ya lo llevaron a otros tropiezos y golpes autoinflingidos.
Ojalá que los compañeros cambien y tomen un camino unitario y de lucha para poder recuperar la fuerza de la oposición en el Sindicato Gráfico que en parte despilfarraron sin ninguna justificación. |