Ridiculizando la sesión y con más dudas que certezas, los principales diarios del mundo destacan la apertura del proceso de impeachment a Dilma, aprobado por la Cámara de Diputados.
En sus páginas de internet, diarios como The New York Times, The Washington Post, The Guardian, Le Monde, Le Figaro y El País reflejan en sus titulares la decisión adoptada por los diputados brasileros.
La cadena CNN recordó que los legisladores brasileros gritaron, pelearon y hasta cantaron. “El diputado Paulinho de Força (Central sindical) cantó ‘Dilma, andáte porque Brasil no te quiere’, pero no fue esa la única canción de la noche”. Y afirma que la eventual salida de Dilma se daría a menos de tres meses de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
En la página de El País, el principal titular es la decisión de la Cámara de Diputados brasilera, de lo que el diario llama “inicio de destitución de Dilma Rousseff”. La percepción del diario, afecto a discutir los acuerdos entre bastidores de una amplia camarilla de políticos ligados al régimen salido de la dictadura franquista, destaca que la popularidad de Temer es mínima gracias a su discreción, “siempre en segunda fila”, y que ser visto como un traidor no hará simple la transición: “Todo esto formará parte del convulso e imprevisible futuro inmediato de un país estupefacto y noqueado.”
Este diario, ridiculizando la sesión tal como lo hizo la CNN, llamó a la votación un “circo”, y además afirmó que para un “espectador acostumbrado a las sesiones francesas o españolas, por ejemplo, es un tumulto incomprensible”. Además destacó que los parlamentarios olvidaron las “razones reales que estaban en discusión” y votaron “por mi esposa Paula”, “por mi hija que nacerá y por mi sobrina Helena”, “por los militares (golpe) del 64”, “por los evangélicos” y hasta por “vendedores de seguros en Brasil”. El titulo del reportaje hace referencia a estas posturas en la que se mencionó a Dios en reiteradas oportunidades y dice: “Dios entierra a la presidenta de Brasil”.
Más taxativo en el cuestionamiento es The New York Times. De acuerdo con la línea editorial anterior a la aprobación del impeachment, declaró luego de la sesión de la cámara que las “bases para el impeachment son preocupantemente frágiles”. Las “bicicletas fiscales”, artilugio utilizado para mejorar artificialmente las cuentas federales, que se tomó como base para la acusación de “crimen de responsabilidad” por parte del gobierno, fueron utilizadas también por otros gobierno pero sin causar la misma reacción.
El diario se refiere a la aceptación social del impeachment diciendo que “apenas el 61% de la población apoya la salida, cuando antes eran el 68%”. Recuerda que Temer está involucrado en los esquemas de corrupción de compra de etanol y que el próximo en la línea sucesoria, Eduardo Cunha, está acusado de recibir 40 millones de reales en los esquemas de corrupción de Petrobras.
El diario Financial Times desconfía de esta salida política porque puede implicar “un creciente riesgo político para Brasil”. Sin ocultar la sed del capital financiero para aprovechar los beneficios de un posible gobierno con “principios económicos más ortodoxos”, contrapone la posibilidad de obtener con Temer un equilibrio presupuestario y reformas estructurales más duras de los que venía aplicando el gobierno del PT por la posible emergencia de “huelgas” y protestas de los sindicatos y movimientos sociales ligados al PT. Sin olvidar el involucramiento del PMDB (al que pertenece Temer) en los escándalos de corrupción de Petrobras y la factura que tendrían que pagar a los políticos investigados que apoyaron a Cunha y a Temer en la votación del fin de semana. El diario The Guardian fue más allá e hizo mención al tenor de las intervenciones sumamente oscurantistas de los parlamentarios. Destacando la “derrota estrepitosa” del gobierno de Dilma, con 367 votos favorables, señaló que “una vasta mayoría de los 150 diputados implicados en delitos votó por el sí”.
“En una noche sombría, posiblemente el momento más bajo se alcanzó con Jair Bolsonaro, diputado de la extrema derecha de Rio de Janeiro, que dedicó su voto “sí” a Carlos Brilhante Ustra, coronel que dirigía la unidad de tortura del DOI-CODI (uno de los principales centros de tortura del régimen militar) durante la dictadura [...] Su hijo Eduardo Bolsonaro, por su lado, uso su tiempo al micrófono para honrar a los responsables del golpe militar de 1964. [...] Votó por el “sí” Paulo Maluf, investigado por la Interpol. También Nilton Capixaba, acusado de lavado de dinero, y Silas Camara, investigado por desvío de dinero. La sesión expuso el carácter farsesco de la democracia en Brasil, como el PMB (Partido de la Mujer Brasilera) integrado solo por hombres o el Partido Progresista Socialista (PPS) que es uno de los más derechistas del Congreso.”
El diario francés Le Monde destaca el vínculo entre Dilma y el ex presidente Lula y afirma que la derrota en la Cámara define que la presidenta “tiene pocas chances de terminar el mandato”. El diario publicó que, frente a este escenario, la perspectiva es que la votación en el Senado “sea apenas una formalidad” para confirmar el veredicto de los diputados.
Con la votación del domingo, la oposición de derecha y su “partido teocrático”, junto a los medios, avanzaron en un golpe institucional apoyado por la Federación de Industrias de San Pablo (FIESP), que por ahora es percibido internacionalmente con frialdad. Los medios mundiales destacan la imprevisibilidad de los escenarios en Brasil, fruto de un proceso de impeachment cuya base jurídica es cuestionable, conducida por políticos “más sucios que los juzgados” y que podría sumergir al país en el caos.
Es sintomático de este sentimiento de incertezas lo que escribe The Economist: “el discurso de un gobierno de unidad nacional parece cada vez más el intento de un conjunto de tramposos intentando sustituir a otro [...] Rousseff parece a punto de dejar el cargo. Trágicamente para Brasil, está lejos de ser claro lo que le sigue”.
La votación selló el fracaso de la estrategia de Lula basada en la compra de parlamentarios corruptos y pactos con la derecha más reaccionaria, que se volvió contra el gobierno luego de haber sido fortalecida por él. Mientras tanto, ningún gobierno extranjero se animó a opinar sobre el show oscurantista de un Congreso que juraba “Por Dios y la familia”, como si estuviese en una sesión de la Santa Inquisición.
Las principales preocupaciones giran alrededor de un escenario absolutamente inestable e imprevisible que surgiría de la destitución de un gobierno que logró atacar a los trabajadores y contenerlos a través de la influencia del PT sobre los sindicatos, dando lugar a un eventual gobierno que no goza de apoyo popular y que contendría innumerables políticos comprobadamente involucrados en la corrupción –privado de legitimidad en las urnas y con el estigma del impeachment-, dificultando la “normal” aplicación de los ajustes exigidos.
EL PT abrió el camino para el fortalecimiento de esta derecha, oscurantista que conmociona por su carácter reaccionario. Es necesario repudiar el impeachment y poner en pie un plan de resistencia en la lucha de clases contra los ataques del PT y de la derecha.