Cinco meses estuvieron cerradas las plantas, hasta hoy donde oficialmente volvió la faena en una de ellas, la ubicada en Esteban Echeverría. Este último viernes se habían faenado 40 mil pollos para afinar detalles para el arranque, pero se pretende arrancar con 80 mil pollos diarios. En el campo, la reactivacion de la cadena de producción y la recomposición de la genética lentamente sigue avanzando, con 800 trabajadores reincorporados a las tareas según los propios trabajadores.
La explotación provisoria a manos del consorcio de empresas encabezado por OvoProt apunta a ir reincorporando tandas de trabajadores según evolucione la producción y aumente la cantidad de pollos faenados.
Los diarios patronales como Infobae, Clarín o La Nación anuncian con bombos y platillos la reapertura tratando de presentarla como un logro del gobierno macrista, pero la realidad de los trabajadores de Cresta Roja sigue estando lejos de tener motivos para festejar.
Ingreso a la precarización
De los casi 3500 trabajadores directos de la empresa, solo 1300 entraron en las primeras tandas. A los trabajadores que van ingresando les hacen firmar un contrato por dos meses hasta junio, donde se abre la posibilidad de que OvoProt compre la empresa y ya como dueña de la misma decida a quien quiere renovarle. En síntesis, contratan a trabajadores con hasta 30 años de antigüedad “a prueba”.
Los salarios fueron reducidos dramáticamente, ya que les sacaron premios y plus salariales, lo que constituye un ataque a las conquistas históricas que gozaban en esas plantas. Decenas de los más destacados activistas continúan esperando y mientras tanto los condenan a sobrevivir con los 6 mil pesos que les venían depositando. Pero desde enero esa suma no es más REPRO sino que son sumas a descontar de futuras indemnizaciones a cobrar en el proceso de quiebra de Rasic; o sea que, aunque suene increíble, a los trabajadores pretenden hacerles devolver la plata que les dan ahora.
Aparecieron las listas negras
Los propios trabajadores señalan que “entraron primero los cercanos a los supervisores y delegados con algunos luchadores mezclados como para cubrirse"; los delegados son responsables directos de que quienes estuvieron a la cabeza de la lucha no hayan ingresado o lo hagan por cuentagotas, incumpliendo lo que votaron las asambleas en este sentido.
La crisis de la empresa está siendo descargada sobre las espaldas de los trabajadores; la reactivación de la compañía avanza según las condiciones y conveniencia de la nueva patronal. A los trabajadores tanto el gobierno kirchnerista como el macrismo solo les ofrecieron miserables sumas mientras la política hacia los patrones es la de llenarlos de millones de dólares de ganancias.
Los trabajadores pusieron todo a lo largo de meses de lucha, pero los delegados se encargaron de mojar la pólvora para que el plan patronal se haya impuesto. Se ubicaron como gestores y garantes de la política del gobierno y la patronal, no solo al abandonar la lucha y traicionar los luchadores, sino también lavándoles la cara al gobierno K y al intendente de Esteban Echeverría Fernando Gray con la entrega de útiles. Con el gobierno de Cambiemos directamente compartieron una conferencia de prensa donde se llamaban "compañeros" apenas horas después de que sus compañeros de trabajo fueran brutalmente reprimidos,
Una nueva etapa
Se abre la pelea por garantizar que entren todos a trabajar, recuperar lo perdido y organizarse para resistir cualquier ataque de la empresa; hay que reagruparse independientemente del sindicato y los delegados. Como se juramentaron en los campamentos y piquetes, todos tienen que entrar, incluso si es necesario imponerlo. Los trabajadores que van ingresando en las primeras tandas deben mantener la solidaridad con los que aun esperan y enfrentar cualquier intento que busque dejar luchadores en la calle.
Si algo queda claro para todos los involucrados es que cualquier intento de aplicar una lista negra y dejar afuera a luchadores pondría a Cresta Roja otra vez en el centro de la tormenta; la sola idea impone un ambiente cargado, esperando la primera chispa para desatarse. |