Asomando la madrugada, empezaron a llegar de a grupitos, decenas y decenas de jóvenes que viven en una de las localidades más pobres de la Zona Norte e incluso de todo el conurbano bonaerense. Estos jóvenes se identifican con la música punk y el mensaje de rebeldía ante las condiciones precarias de vida que azotan a la juventud trabajadora, porque ellos mismos y sus familias lo viven cotidianamente.
El festival fue convocado para denunciar la política sistemática de persecución y represión policial que se vive en los barrios, las escuelas y las universidades. Sin ir más lejos, hace un par de semanas la policía detuvo ilegalmente a estudiantes de la UNGS. Ello fue motivo de asambleas y movilizaciones de repudio. Otro claro ejemplo sucede en la UNPaz, donde la policía ingresa, recorre las instalaciones y detiene a los estudiantes en los alrededores para revisar mochilas.
Desde el escenario y el público resonaron los nombres de Luciano Arruga, Walter Bulacio e Ismael Sosa que son sólo los casos más conocidos de una realidad que duele: más de 4000 pibes fueron asesinados en democracia. Todos ellos víctimas de gatillo fácil en manos de “las fuerzas de (in)seguridad”. Las fuerzas represivas son las que persiguen a los pibes por portación de cara, regentean la trata de personas y el narcotráfico.
Solidaridad con las luchas de los trabajadores
El festival contó con la presencia de los trabajadores despedidos de Menoyo y de Karina, trabajadora despedida de Kraft, quienes conmovieron y arrancaron el aplauso de los jóvenes al contar su lucha y en el caso de los obreros de Menoyo, también relataron cómo sufrieron la represión de la policía cuando se encontraban defendiendo sus puestos de trabajo. Demás está decir que todo lo recaudado en el festival será destinado para sus fondos de lucha.
Tocaron las bandas amigas M.a.l.a.s L.e.n.g.u.a.s, Hospital Mental, Delfxc y Mente en blanco. Todos sus integrantes colaboraron activamente con la organización del festival, dando su apoyo y solidaridad hacia los trabajadores despedidos. En relación con el tema David, joven integrante de una de las bandas, comentó a La Izquierda Diario: “siempre simpaticé con esta idea de la lucha de los trabajadores. Del gobierno actual tenemos cosas para decir, como del anterior también, en tres meses hizo cosas que no favorecen a nuestra clase”. Sus palabras son el reflejo de una juventud que repudia al ajuste macrista y la complicidad del gobierno anterior.
En un clima de fraternidad sonaron los primeros acordes y desde el escenario las bandas transmitieron el agradecimiento por el espacio para tocar ya que este sistema además de lucrar con la vida de los jóvenes trabajadores en las fábricas, también se apropia de su tiempo libre, el acceso a la cultura y a la diversión para hacer negocios. Este sistema capitalista que excluye a aquellos que no son “atractivos” para el mercado y para la ideología conformista que ahoga la cultura.
“Nunca seré policía”
Mientras el festival se desarrollaba, la Policía y la Municipalidad se hicieron presentes en el local e intentaron amedrentar y dar por finalizado el festival. Se rechazó su presencia y se continuó con la exitosa jornada. Alicia Ciciro, docente, tomó el micrófono y denunció: “La Policía intenta amedrentarnos y nos amenaza con cerrar este espacio que con mucho esfuerzo venimos sosteniendo desde el PTS, claramente les molesta que la juventud tenga espacios como este, no lo vamos a permitir, queremos que nuestro local se transforme en un lugar para resistir el ajuste, los invitamos a que se adueñen de este espacio que ponemos en pie para que sea un lugar para la organización de la juventud, de los trabajadores y de las mujeres, contra el ajuste, contra la represión policial y contra todo lo que nos quieren imponer, no nos van a callar”. |