Dijo la precandidata a competir por la presidencia encabezando al Partido Demócrata que es “indignante” que no se haya resuelto el caso de los 43 normalistas desaparecidos en una operación donde intervinieron el ejército mexicano, la policía federal y un comando armado. Y planteó que, de ella ser parte del gobierno mexicano “no descansaría hasta descubrir lo que pasó con esos 42 (sic) jóvenes” y arremetió “Si hubiera algo que Estados Unidos podría hacer para ayudar, yo sería la primera en ofrecerlo”.
No fueron 42 estudiantes los que desaparecieron en aquella aciaga noche del 23 de septiembre del 2014, fueron 43. Y lo que llama la atención de las declaraciones es que las mismas se dan en un contexto en el cual el gobierno mexicano está en plena controversia con el grupo de expertos internacionales que están haciendo la investigación pericial del caso y que han hecho denuncias de sabotaje por parte del gobierno.
Al mismo tiempo, el ejército mexicano, señalado en el caso Iguala, tuvo que pedir disculpas públicas porque se filtró a través de redes sociales un video donde dos militares y un policía federal están torturando a una joven guerrerense de 21 años. Y al mismo tiempo, el presidente Peña Nieto profirió un discurso en la sesión especial de la ONU donde critica la estrategia contra el narcotráfico basada en el prohibicionismo e inaugurada por el presidente estadounidense Richard Nixon en los años ‘70´s. Estrategia que desde luego, han seguido con creces los gobiernos mexicanos y en particular el de Enrique Peña Nieto.
¿Serán las de Hillary Clinton palabras de alerta al ejecutivo mexicano? Sea como fuere, rápidamente la candidata demócrata que disputa con Bernie Sanders la posibilidad de lanzarse a la presidencia también dejó en claro la importancia de la relación con México. Y destacó la “cooperación conjunta” para manejar la frontera y otras iniciativas bilaterales.
La hipocresía imperialista no tiene límites. La estrategia de “guerra contra el narcotráfico” en la cual participan fuerzas de seguridad estadounidenses que operan en territorio mexicano “legalmente” gracias al Plan Mérida es operada desde la Casa Blanca. Así mismo, la proliferación del narcotráfico se basa en que funciona como una red binacional entre México y Estados Unidos y trafica armas, estupefacientes y personas con el aval de autoridades mexicanas y estadounidenses.
Es la penetración imperialista la que ha gestado formas monstruosas de operación del crimen organizado, asociado a políticos, funcionarios y fuerzas de seguridad del estado. | 
