Las consecuencias que aún hoy viven las familias de quienes fueron desaparecidos por las fuerzas represivas durante los años 70 se escucharon a través de los testimonios de su compañera Margarita Gómez, su compañera, y el hijo de Felipe Evangelio Lara, oriundo de Chos Malal, quien permanece desaparecido desde diciembre de 1977.
Felipe Evangelio Lara fue secuestrado por Gendarmería Nacional, Escuadrón 30 "Chos Malal", a cargo del Comandante Principal Arístides Lubrina.
Horacio Lara realizó la denuncia ante el Juzgado Federal de Neuquén, en el año 2007, por el caso de su padre.
Nuevamente y como ha sido una constante en este juicio, quedó al descubierto quienes son los que pagan el costo de la negativa a abrir los archivos de aquellos años. La compañera de Lara termino su testimonio, sin poder contener el llanto, pidiendo que digan “qué le hicieron y dónde está” Felipe. Después de más de 40 años el Estado sigue sin responder.
¿Querés contarnos quién sos y porqué estás presente hoy en la audiencia de “La Escuelita”?
Soy Horacio Lara, hijo de Felipe Evangelio Lara, desaparecido. Hoy vine a declarar por su caso. Yo tenía 9 meses cuando se lo llevaron, mi papá era un laburante, era albañil. Fui reconstruyendo la historia con lo que me fueron contando mis tíos, primos, mis abuelos. Fui conociendo a mi papá. Vine hoy para ver si se hace justicia por esto. Con un poco de satisfacción y otro poco de tristeza. Mas tristeza que satisfacción porque como dije acá, en la declaración, a mi papá no me lo van a devolver, pero por lo menos se le puede ver la cara a esta gente. Tristeza porque tuve que esperar 41 años para verle la cara a los que buscaron y persiguieron a mi papá, yo se que lo que busco acá no lo voy a encontrar. No me van a decir donde está él.
¿Vos crees que “no te van a decir” porque no saben?
¡Ellos saben donde está! Saben que le hicieron, donde lo llevaron, donde lo dejaron, ellos saben todo pero sé que no es acá donde me lo van a decir.
¿Qué crees que estaba pasando en aquellos años?
Lo que yo creo es que las personas que pensaban distinto a los militares o hablaban algo que no tenía que ver con los militares lo hacían desaparecer o lo buscaban y perseguían, como le hicieron a mi papá.
Yo era chiquito, más de grande fui tomando conocimiento y supe la magnitud de este tema. Los que han sufrido mucho más fueron mi mamá, mis tíos, mis primos. Y nadie nos dice por qué.
¿Qué sería que “se haga justicia” para vos?
Que me digan dónde está mi papá y que esta gente quede presa. No es lo mismo estar preso en una cárcel común que estar preso en tu casa; a pesar de todo lo que hicieron tienen ese beneficio de estar preso en su casa. Y yo siento que se burlan cuando me entero que le dan domiciliaria o que no vienen a las audiencias. Y a una persona común, como nosotros, nos van a buscar y nos meten presos y ellos tienen ese privilegio. Ese vacío en mi corazón no me lo van a quitar. Yo le quise dar el derecho a mi hijo hoy, presente en esta audiencia, de saber quién fue su abuelo. |