El día de ayer, Gérard Duménil, economista investigador del CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique) de Francia, realizó una conferencia en la Facultad de Ciencias económicas de la UBA, donde expuso las tesis centrales de su último libro La gran bifurcación. Duménil se encuentra en la Argentina para participar de las VII Jornadas de Economía Crítica, a realizarse el 16, 17 y 18 de octubre en La Plata.
Duménil analizó lo que caracteriza como la cuarta crisis “estructural” en la historia del capitalismo, que estamos atravesando desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en los EE.UU. A diferencia de crisis como la de los años ’70 caracterizadas por una caída de la rentabilidad, definió a la actual como una crisis de hegemonía financiera. Para el expositor esta hegemonía se desarrolló desde los años ’80 mediante un cambio en la configuración del capitalismo, basado en una alianza entre los propietarios de grupos cada vez más concentrados y lo que Duménil llama la clase “managerial” o gerencial para asegurarse una participación creciente en el ingreso en detrimento de las “clases populares”.
Duménil mostró como desde la década del ’80 con el ascenso del neoliberalismo el 10% más rico de la población de Estados Unidos llegó a quedarse con el 50% del ingreso nacional. Junto con ésta tendencia, la mayoría de los integrantes del sector cambiaron su principal fuente de ingresos de las ganancias empresariales a los “salarios”. La alianza entre la clase gerencial y la capitalista fue de la mano de una retracción en los niveles de inversión y un crecimiento de la financiarización. Logrando multiplicar hasta por cinco veces el valor de las acciones.
Duménil afirmó: “El corazón del neoliberalismo es la familia financiera. Es la que casi gobierna el mundo. Controlan el 90% de los beneficios de las empresas en el mundo”.
Analizando la crisis y las respuestas a la misma, Duménil marcó las disparidades en los intentos de salida a la recesión entre el gobierno de Obama y las políticas de ajuste de las administraciones Europeas. Mientras el primero mantiene el déficit presupuestario, los segundos siguen las indicaciones, de Angela Merkel, de eliminarlo.
También destacó el proteccionismo industrial y las maniobras monetarias que realiza la FED, como parte de las claves por las cuales están logrando mantener un crecimiento del 2%. Al mismo tiempo que los planes de austeridad, como los de Francia, no consiguen buenos resultados.
Ante éste panorama, el economista, resaltó la posibilidad de optar por dos caminos distintos, una gran bifurcación. La llamada clase “managerial” puede elegir continuar su alianza con los capitalistas haciendo más graves las consecuencias de la crisis o unirse a las “clases populares” dando lugar al surgimiento de una etapa similar a la pos Segunda Guerra Mundial que contó con el auge de los Estados de bienestar. Culminó señalando que para ser viable esa segunda opción ve necesarios la victoria de dos o tres presidentes de “verdadera izquierda” en Europa y el surgimiento de nuevos procesos de lucha en el continente (puede leerse más sobre las tesis de Duménil en Ideas de Izquierda nº 9).
Al finalizar el evento brindó su opinión sobre la crisis internacional a La Izquierda Diario:
¿La crisis internacional se puede profundizar? ¿Por qué?
Primero la crisis no es completamente una crisis internacional porque no hay una crisis en China. Tal vez la situación ahora se deteriora un poco en América Latina. La situación en México es terrible. También la situación en Brasil. Ahora entramos en un nuevo periodo no sabemos si será un problema de dos o tres años o uno o será un problema de 10 o 20 años. No se puede hablar enteramente de una crisis internacional, porque depende mucho de las zonas del mundo. Claramente es una crisis de los viejos centros, que son EEUU, Europa y Japón, que son los países donde más avanzó el neoliberalismo. Es una situación de crisis pero no en el sentido de la crisis 2008. Es la crisis del neoliberalismo. Desde el año 80 en EE.UU. y también en Europa, la tasa de inversión comenzó a disminuir y ahora hay niveles muy bajos. Esta situación plantea un problema macroeconómico, por ejemplo en Francia tenemos un desempleo enorme. Eso plantea un problema económico. Es insostenible si estos países quieren mantener su dominio en el mundo.
No existe una conciencia de esto en Europa, porque en Europa no hay una nación. En Estados Unidos sí existe una conciencia de esto porque existe un nacionalismo muy fuerte. Y así están luchando con esta contradicción, con nuevas políticas del gobierno que no llegan a afectar los intereses a las clases superiores. No pueden dañar el sistema financiero, la red de estas grandes instituciones financieras ni el sistema de empresas trasnacionales. Ante esta contradicción muy fuerte, la situación va a cambiar de nuevo. Ahora tienen una posibilidad de sostener el statu quo durante 5 o 10 años con el precio bajo de la energía. Con los salarios muy bajos en varias regiones de EEUU. Pero con esto no podemos pensar que podrán mantener su dominio militar en el mundo. Asi que van a tener que cambiar de nuevo.
La conferencia fue organizada por la Regional Buenos Aires de la Sociedad de Economía Crítica (SEC), la Escuela de Economía Política de la UBA (EsEP-UBA) y la Agrupación Docentes de Económicas (ADE), las cuáles también impulsan junto a otras organizaciones de todo el país las VII Jornadas de Economía Crítica a realizarse en La Plata. |