La primera dificultad que Temer (PMDB) enfrenta en la composición de sus ministerios es el rechazo de Armínio Fraga para aceptar la cartera de Economía. El expresidente del Banco Central (BC) y responsable por el programa económico de la campaña presidencial de Aécio Neves (opositor PSDB) era el primer candidato en la lista de Temer. Su rechazo no causó al momento grandes conmociones. La preocupación de Temer es la de poner al frente de economía un nombre aceptado por el mercado y que dé señales de una política económica ortodoxa, listo para realizar los ajustes necesarios para salvar las ganancias de las patronales y descargar los costos de la crisis sobre los trabajadores, la juventud y los sectores explotados y oprimidos. Por eso, Temer también ya está considerando a Henrique Meirelles como número de dos de la lista.
La justificación oficial de Fraga al rechazar el cargo fue que se encuentra ocupado al frente de su consultora, Gávea Investimentos, pero afirmó que está dispuesto a ayudar a Temer y a proponer otros nombres. Según algunos relatos, en las conversaciones entre Temer, Aécio Neves y Fraga, el expresidente del BC afirmó que la situación de la economía era “gravísima” y defendió medidas de austeridad: metas de superávit primario (asegurar altas reservas de cambio, lo que significa recortes en gastos) y el establecimiento de un techo para la deuda pública. En la práctica ya sabemos que estas metas implican mayores ataques a los trabajadores y sobre los derechos sociales.
La difícil situación económica del país, que fue una de las causas que llevó a Dilma a tomar medidas de austeridad y desgastar rápidamente su gobierno y su aprobación social, es una preocupación central del nuevo gobierno, ya que éste tendrá que ofrecer seguridad a la burguesía nacional y al capital imperialista que, como expresó la reacción de la prensa extranjera, vio en el golpe institucional del impeachment una maniobra arriesgada de la oposición de derecha al gobierno petista.
Por eso Temer va en búsqueda de consejos entre los especialistas en atacar a los trabajadores, como el exministro de Lula y de la dictadura, Delfim Netto, cuyo nombre no es manejado para la cartera de Economía debido a su edad avanzada y debilitada salud. Otros economistas como Marcos Lisboa y Murilo Portugal están en la ocupada agenda de encuentros de Temer de los próximos días.
PSDB se queda fuera, pero Serra quiere ingresar
Entre tanto, quien está atento al cargo es José Serra (PSDB), amigo y consejero personal de Temer. El PSDB afirmó que permanecerá fuera del gobierno y no aceptará cargos. Detrás de la decisión del PSDB se encuentra el interés de mantener una cierta distancia en vista a poder componer una candidatura propia hacia 2018. Y también por reservas frente al juzgamiento del Tribunal Superior Electoral sobre la impugnación de la fórmula presidencial Dilma-Temer, causa que cada vez está más lejos de avanzar a partir de los acuerdos firmados por la oposición, en caso de que el gobierno de Temer resulte una opción viable para aplicar los ataques exigidos por la patronal y el imperialismo.
Pero la decisión del PSDB deja una puerta abierta para que sus miembros ocupen carteras como una “decisión individual”, y el interés de Serra en la cartera de Economía es justamente el de proyectar su nombre y viabilizar su candidatura presidencial para 2018. Temer quiere que Serra ocupe la cartera de Salud, cargo que ocupó durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (FHC-PSDB). Serra es un nombre de poca aceptación en el mercado, cuestión onerosa al nuevo mandato del pemedebista.
Otros ministerios
Otras carteras ya tienen destinatarios en la negociación de Temer. Los colegas del PMDB, Eliseu Padilha y Moreira Franco, serán ubicados en las carteras de Jefe de Ministros y en la Secretaría General de la Presidencia. Nelson Jobim – que ya ocupó el cargo de Ministro de Defensa bajo el gobierno de Lula – también es un nombre seguro aunque aún sin destino asignado.
Otra preocupación de Temer es la de reclutar un nombre fuerte en el poder judicial, como un expresidente del Supremo Tribunal Federal, para intentar “lavar la cara” de su gobierno que asume luego de un impeachment que fue ampliamente denunciado en los medios internacionales como un golpe orquestado por corruptos y llevado adelante de modo deplorable, como quedó expuesto en la trasmisión de la votación el pasado domingo (24). Ayres Britto es citado para cumplir este papel lamentable y, si aún no es suficiente, dejar en claro que el poder judicial no es imparcial en el golpe institucional del proceso de impeachment.
El Ministerio de Agricultura, como no podía ser de otra manera, será entregado a un representante de los terratenientes más reaccionarios. Dos nombres son considerados: Roberto Rodríguez, que ya estuvo frente al cargo bajo el gobierno de Lula entre 2003 y 2006, ligado a la Confederación Nacional de Agricultura. Sin embargo, a partir de los espurios acuerdos para aprobar el impeachment, el cargo podría ser asignado al diputado Marcos Montes, del PSD de Kassab y coordinador del Frente Parlamentario Mixto Agropecuario, más conocido como bancada ruralista. Esto porque el pase del PSD, antes integrante de la base aliada del gobierno, fue esencial en el cálculo de fuerzas necesario para aprobar el impeachment en la Cámara. |