Sólo desde la noche del jueves hasta la tarde del viernes se sucedieron unas 50 réplicas adyacentes a Pedernales y Manta, las ciudades más golpeadas por el sismo de 7,8 de magnitud que ha dejado, además, 130 desaparecidos, unos 12.500 heridos, más de 26.000 albergados y millonarias pérdidas.
Desde que el terremoto golpeó las costa ecuatoriana la noche del sábado se han producido más de 700 réplicas, obligando a unos a salir despavoridos de sus casas y, a otros, a dormir a la intemperie por temor a que sus ya maltrechos hogares cedan.
"Las réplicas seguirán pasando por algunas semanas, mantengamos la calma", pidió el subsecretario de Gestión de Riesgos de Ecuador, Ricardo Peñaherrera.
El gobierno de Rafael Correa que fue expeditivo para firmar el estado de excepción, con el objetivo de evitar saqueos y “controlar” a los pobladores de las zonas afectadas, ha reconocido que no tiene la misma rapidez para solucionar los problemas vitales de los damnificados, muchos de ellos de las zonas más empobrecidas.
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