El nombre de la campaña no es al azar: la palabra “golondrina” es de las pocas recogidas en la RAE cuyo significado en femenino no es negativo respecto al masculino. La iniciativa, en su séptima edición, cuenta con voluntariado que durante el año recopila material del DRAE (diccionario de la RAE) y las actividades que realiza la RAE. Una vez recopilado el material, lo difunden bajo el hastag #GolondrinasalaRAE y se lo hacen llegar a la Real Academia de la Lengua. Otro de sus objetivos es enseñar por qué el lenguaje es sexista.
En esta última edición el hastag llegó a ser Trending Topic, aglutinando diferentes quejas, testimonios y sugerencias.
Desde la organización aseguran que han visto como a lo largo de estos años diferentes definiciones que habían denunciado han cambiado. Como por ejemplo la de ‘afeminar’ definida como “hacer que un hombre pierda la energía atribuida a su condición viril”. En esta edición del DRAE se recoge ‘afeminar’ como “hacer que un hombre adquiera características propias de la mujeres, especialmente en el aspecto o el comportamiento”. Aunque sigue legitimando roles de género –“características propias de las mujeres”-, para el equipo de la campaña es un cambio a reconocer.
Otro ejemplo clásico de acepción machista en el DRAE es la palabra “perra”. En su forma masculina se define como “hombre tenaz, firme y constante”. Las únicas acepciones exclusivamente femeninas son “prostituta” y “rabieta de niño”. Otro ejemplo era “femenino” que aparecía como “endeble” y “débil” (la acepción fue retirada en la 23ª edición del DRAE)
La RAE no solo es acusada de machista, también de xenófoba y homófoba, en este último caso por la carga moral de la definición de “sodomía”, entre otras. Respecto a las acusaciones de xenofóbia han sonado mucho las campañas hechas por diversas asociaciones del Consejo Estatal del Pueblo Gitano exigiendo a la RAE que modificara la acepción que definía “gitano” como “trapacero”, es decir una persona que con astucias y mentira engaña a alguien. La RAE acabó añadiendo un “ofensivo y discriminatorio” pero manteniendo “trapacero”.
Diversas organizaciones han denunciado que la RAE no es neutral en sus definiciones y que aunque esta alega que las palabras deben “reflejar la sociedad a través del lenguaje que se usa”, acaba decantándose por el lenguaje xenófobo, machista y homófobo sin “añadir que es discriminatorio, ofensivo o vulgar”.
La iniciativa de #GolondrinasalaRAE se relaciona con la idea de luchar contra el machismo desde el cambio del lenguaje, para convertirlo en inclusivo y no discriminatorio. Sin embargo, no proponen ir más allá de la lucha por el lenguaje inclusivo. Sin atacar a las instituciones que legitiman las múltiples cadenas de opresión sobre la mayoría de las mujeres, no se ataca la raíz de las violencias machistas, que es el sistema patriarcal que queda intacto para seguir oprimiendo a millones de mujeres en el mundo, cambie el lenguaje o no. El lenguaje inclusivo no traerá de la mano la desaparición del machismo, ni el fin de los asesinatos a mujeres, ni tampoco de los ataques homofóbicos y xenófobos. Por eso, más allá de apostar por un lenguaje inclusivo y no discriminatorio nos debemos plantear la lucha contra los sistema que perpetúan esos ataques, es decir, contra el capitalismo y el patriarcado. |