El jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, indicó que la aplicación para móviles, la circulación autobuses especiales y mejora de calles son algunas de las acciones que implementará de 30 a 100 días, para combatir el acoso a las mujeres.
Después de la jornada de movilización nacional del 24 de abril, cuya convocatoria fue retomada en más de 27 ciudades, la política del jefe capitalino no es más que un paliativo contra la enorme violencia hacia las mujeres en la Ciudad de México.
Ejemplo de ello son los recientes casos de acoso sexual de la reportera Andrea Noel y de Gabriela Nava, sin menor respuesta de las autoridades capitalinas a pesar del conocimiento de los agresores. Por el contrario, en ambos casos la denuncia por acoso, fue acompañada por amenazas de muerte, intimidación y burlas en redes sociales o a las puertas de su domicilio.
Pero si algo manifestaron miles de mujeres el pasado 24 de abril, no sólo fue el acoso callejero. Las mujeres en México vivimos bajo un sistema patriarcal y capitalista que somete nuestras vidas a modelos de opresión y explotación.
En las calles es el acoso; en nuestros centros de trabajo, nos someten a jornadas laborales extenuantes, sin seguridad social, sin contrato colectivo de trabajo y además la burocracia sindical nos impide organizarnos en sindicatos independientes. Por si fuera poco, en el hogar cumplimos una doble jornada de trabajo con quehaceres domésticos y también padecemos violencia.
Mancera no sólo propone un programa insuficiente para el acoso en la ciudad. El que las mujeres viajen en autobuses exclusivos o transitemos en calles mejor iluminadas, no aminora los cánones que el capitalismo nos impone todos los días, pues lo naturalizado en estas sociedades, es que puedes agredir a una mujer sin que pase nada.
La implementación de “Vive Segura” de Mancera no es más que un parche frente a la enorme problemática de violencia a las mujeres en la ciudad y en el resto del país, que se expresan en las alarmantes tasas de feminicidio.
Con el fortalecimiento de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Sexuales de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, pretenden disfrazar un hecho ampliamente conocido: el que la permanencia de redes de trata sea bajo colusión de las mismas autoridades o incluso con la participación directa de partidos políticos, como se demostró con la red de prostitución que sostenía el presidente del PRI en la capital, Cuahutémoc Gutiérrez.
Quienes podemos garantizar que las denuncias sean conocidas en los medios, exigiendo que quienes cometen esos actos sean castigados, somos las mujeres organizadas de manera independiente a los partidos al servicio de los empresarios, que lo único que nos han mostrado, es que legislan en nuestra contra en el Congreso.
Ante el maquillaje de las autoridades capitalinas que dicen estar a favor de erradicar el acoso y violencia hacia las mujeres, debemos responder con autoorganización y la movilización en las calles, como el pasado #24A. | 
