Gerda Marie Fredrikke Gottlieb nació en Dinamarca en 1885. Comenzó su carrera artística desde muy joven. A los 19 años inició sus estudios en la escuela de Bellas Artes de Copenhague. Allí conoció a su pareja y cónyuge, Lili Elbe (entonces conocida como “Einer Wegener”), que se convertiría en una de las primeras personas en realizarse una cirugía de cambio de sexo.
La vida y la obra de ambas no pueden pensarse por separado. Incluso fue posando como modelo de la Gerda, que Lili comenzó a travestirse. La ilustradora, como retrata la película La chica danesa, fue siempre su principal apoyo, acompañándola en su proceso.
Vida en Francia
Gerda y Lili se trasladaron a Francia en la década del 1920’. Allí, Gerda se hizo conocida en los circuitos artísticos y de la moda, exponiendo en galerías muy importantes y ganando premios. De todas formas, su principal fuente de dinero provenía de los dibujos que realizaba para revistas de moda, como exponente del movimiento Art Déco. Así influenció en la tendencia Flapper, que rompía con ciertos estereotipos “femeninos” de la época (imponiendo vestidos cortos, pelos cortos y maquillaje, vibilizando costumbres “inaceptables” para las mujeres como fumar o beber en público).
Arte y vida: dos caminos cruzados
Una de las obras más llamativas de Gerda son las acuarelas eróticas que realizó para el libro del poeta Lois Perceau en 1925. La mayoría de ellas muestran escenas de sexo lésbico, donde se explicita el juego, el goce, el destape y hasta lo maravilloso con personajes que no llegan a ser completamente humanos. Pero además, en la mayoría de sus pintura las mujeres retratadas están divirtiéndose, con miradas picaras y desafiantes.
La composición de las obras, los colores y las temáticas, hacen de sus cuadros un goce a la mirada y la imaginación.
Los últimos años
Luego de que Lili muriera tras realizarse la quinta operación para cambiar de sexo, Gerda se casó en 1931 un con un oficial y se fue a vivir a Marruecos, donde siguió pintando, ya sin mucho éxito. Tras su separación volvió a Dinamarca, donde, si bien logró exponer en algunas galerías, murió pobre, en 1940.
Recién en el año 2015, el museo Danés, Arken, realizó una exposición completa de todas sus obras -la mayoría donadas por coleccionista individuales.
Rescatar y tomar el espíritu desafiante de la obra y vida de Gerda Wanager es llenar de colores un cuadro que la Iglesia y el Estado quieren que siga siendo gris. |