Un dictamen del juez Teori Zavascki, miembro del Supremo Tribunal Federal, suspendió este jueves como diputado y presidente de la Cámara baja a Eduardo Cunha, miembro del PMDB. Cunha, que fue el principal impulsor del impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff desde la presidencia de la Cámara de Diputados, es señalado desde el año pasado por numerosos escándalos de corrupción. Entre ellos se encuentra la investigación conocida con el nombre de Lava Jato (corrupción en Petrobras) y el desvío de dinero relacionado con sobornos a cuentas en Suiza.
Cunha, que había sido un incondicional del gobierno del PT, empezó a romper su relación con Dilma a principios de 2015 cuando su nombre apareció en la lista de los diputados que estaban involucrados en la investigación de Lava Jato. Desde ese momento no solo rompió con el gobierno sino que se puso a la cabeza del pedido de impeachment contra la presidenta Rousseff. Sin embargo las causas en su contra se fueron acumulando al punto de ser uno de los políticos más comprometidos en los actuales escándalos de corrupción. No solo se fue engrosando la cantidad de causas en su contra por los sobornos en Petrobras, sino que la justicia de Suiza reconoció que las cuentas en las que se habían depositado millones de dólares estaban a su nombre.
Por este último caso Cunha estaba siendo investigado por la Comisión de Ética de la Cámara, ya que había mentido sobre sus cuentas en el exterior.
El dictamen de uno de los jueces de la Corte Suprema contra Cunha, responde al pedido del fiscal general de la República Rodrigo Janot, que en diciembre del año pasado alegó que el presidente de la Cámara baja estaba usando su puesto para defenderse de las acusaciones y evitar a la justicia.
Si la semana que viene el Senado vota a favor del juicio político contra Dilma, esta sería separada de su cargo por 180 días dejando al actual vicepresidente Michel Temer en la presidencia provisional del país. Si Cunha mantuviera su puesto como presidente de la Cámara baja sería el primero en la sucesión presidencial. Teniendo en cuenta los antecedentes de quién es visto como “el más corrupto de los corruptos”, un escenario de este tipo podría ser una pesadilla para un hipotético gobierno de Temer. Gobierno que por otra parte ya asumiría debilitado por la profundidad de la crisis política, la polarización social, la catastrófica situación económica, y las presiones de la derecha para que profundice ajustes y privatizaciones.
Por este motivo no son pocos los que creen que en el ajedrez político de la crisis brasileña la oposición de derecha, los medios y el partido judicial, dejaron actuar a Cunha para que se mantenga a la cabeza del pedido de impeachment en Diputados y ahora le “sueltan la mano”, a pocos días de que el proceso se defina en la Cámara de senadores.
El golpe institucional sigue su curso
La separación de Cunha de su cargo se da en medio de la continuidad del golpe institucional en curso. El senador Antonio Anastasia, del opositor PSDB, encargado de presentar un dictamen al comité del Senado que estudia el juicio político, recomendó el miércoles a los 21 parlamentarios que lo componen que aprueben el impeachment.
A la “recomendación” de Anastasia se le sumó un pedido del fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, para que Dilma Rousseff sea investigada por obstrucción a la Justicia en el caso de Petrobras. Es la primera vez que la presidenta es acusada oficialmente de participar en el escándalo de corrupción y sobornos. La combinación de ambos acciones suma madera seca a la fogata destituyente.
Con el pedido de Anastasia, el viernes la comisión podría votar a favor del juicio político y enviar la recomendación a la cámara de Senadores, que lo trataría durante la semana que viene. La Cámara alta queda así a un paso de concretar el golpe institucional en Brasil si el próximo miércoles aprueba por mayoría simple avanzar con el Impeachment a Rousseff. |