Es ante los nuevos femicidios que conmovieron a la sociedad cordobesa en los últimos diez días. Córdoba es la única provincia que no adhirió a la ley nacional.

Convocada por diferentes organizaciones sociales y políticas se realizó una marcha, en la tarde de ayer, para denunciar la falta de respuestas desde el estado y los gobiernos a los reclamos de las mujeres ante la violencia de género. En lo que va del año son nueve los femicidios que han tenido lugar en la provincia.

Por esta razón miles de personas, en particular mujeres y jóvenes, se hicieron presentes a las 18 horas en Colón y General Paz y se dirigieron a casa de Gobierno, con carteles y pancartas en los que pedian por justicia y medidas reales para la prevención y la erradicación de la violencia hacia las mujeres.

La legisladora del PTS-Frente de Izquierda, Laura Vilches señaló “Los gobiernos son responsables de esta situación, hacen oidos sordos a nuestros reclamos y todas las semanas se agranda la lista de mujeres asesinadas por violencia machista. Posaron con el cartelito del #NiUnaMenos pero siguen haciendo demagogia, el gobernador Schiaretti y la secretaria de Equidad y Empleo, Alejandra Vigo lanzaron un ‘Polo Integral de la mujer en situación de violencia’ mientras echaban a las trabajadoras que se hacían cargo de las mujeres que acudían allí a pedir ayuda".

La ley provincial de Violencia Familiar

Tanto De la Sota como Schiaretti, los dos gobernadores justicialistas que se han alternado en el ejecutivo provincial los últimos 16 años sólo han mostrado, en sus respectivas gestiones, una preocupación superficial y demagógica ante las situaciones de violencia vividas por las mujeres.

Así, en Córdoba continúa rigiendo la Ley provincial de Violencia Familiar la cual define a la violencia contra las mujeres como una problemática familiar o doméstica, y no social. Es la única provincia que no adhirió a la ley nacional (Ley 26.485) de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en los que se desarrollen sus relaciones interpersonales.

Otra de las herramientas cuestionadas por las organizaciones de mujeres pero promocionada por el gobierno provincial es el reparto de los botones antipánico. Para los cuales nunca se designo el recurso humano y material acorde para su seguimiento y control. Recordemos que una de las principales denuncias de las trabajadoras despedidas de la dirección de Violencia Familiar de la provincia fue que sólo dos equipos de dos personas eran los responsables de monitorear los 900 botones entregados.

Como numerosas veces la legisladora Vilches denunció "desde el gobierno se niegan a adherir a la ley nacional y en la legislatura no se ha discutido ni votada una sola medida que sea de tratar de manera integral la problemática de la violencia, se mantiene una Ley de Violencia Familiar (9.283) que tiene muchos límites para dar herramientas a las mujeres y sacarlas del círculo del que son víctimas, donde la peregrinación en la Justicia se convierte en una forma más de la violencia que ejerce el estado machista. La comisión de Equidad en la Legislatura provincial estuvo sin sesionar durante todo el mes de abril y se vuelve a convertir en una cáscara vacía, mientras los proyectos de Ley de Emergencia que hemos presentado duermen en los cajones de los funcionarios y no nos responden mínimos pedidos de informe”.

A un año del 3J el grito de Ni Una Menos sigue vigente

En tanto, la convocatoria para el mes que viene sigue en pie para exigir una vez más, de manera masiva, la implementación de una Ley de Emergencia con presupuesto acorde para refugios, subsidios igual a la canasta familiar para las víctimas, plan de vivienda que les permita a cada una de esas mujeres rehacer su vida.

Ante los oídos sordos del estado, su gobierno y su justicia patriarcal las perspectivas de organización de las mujeres está en las calles, en los lugares de estudio y de trabajo, para acabar con este sistema de explotación que tiene este gobierno, esta justicia donde las mujeres son victimas una y otra vez y poner en pie una sociedad distinta donde la violencia sea un recuerdo del pasado.