La Izquierda Diario viene reflejando en varias notas cómo se están viviendo en la industria los ataques y las amenazas latentes de parte de las patronales y el gobierno. Y cómo los trabajadores, a pesar de los dirigentes gremiales vendidos, están demostrando su predisposición a resistir los despidos, suspensiones y el ajuste en curso.
Hoy tienen la palabra delegados de base del gremio metalúrgico, sobre todo de empresas del Grupo Techint. Varios de ellos, además, son militantes del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y en el Frente de Izquierda. ¿Cuál es la situación en esa rama de la industria? ¿Qué está pasando con la dirección de los sindicatos, el gobierno de Macri y cómo reaccionan sus compañeros de fábrica?
“¿Caló?... Ese muchacho por acá ni apareció”
Arranca la conversación. Luciano Molina, delegado de base de Acindar en Villa Constitución y dirigente del PTS comienza vomitando palabras contra la dirección de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
“Parece que Caló se acordó tarde de que somos los metalúrgicos los que tenemos la fuerza necesaria para conseguir las demandas. Durante años nos ninguneó y solamente nos usó para alguna que otra amenaza. Durante todos estos años no llamó a ninguna medida de lucha seria para enfrentar a las patronales ni al gobierno.
“En Villa Constitución pasaron cosas graves, cerraron una empresa emblemática como Paraná Metal y ese muchacho por acá ni apareció. Tal vez estaba ocupado contando dólares que nos robaban del seguro de sepelio”, larga Luciano sin pelos en la lengua.
Por su parte Eduardo Fernández, delegado de base en FACU (Fábrica de Cuplas en Tenaris-Siderca) plantea que “este 5 de mayo se convocó a una marcha a la central de Adimra con el motivo de luchar por una paritaria justa. En esta situación actual, que no es tan actual, el rol del sindicato siempre fue ser funcional a la patronal.” Y con mayor indignación asegura que la UOM de Campana “lo que viene haciendo durante años fue para beneficiar a la patronal.”
Leandro Viana es delegado de base en Tenaris-Siderca. Él estuvo en las marchas del 29A, convocada por las CGT y las CTA, y la de UOM del 5M. “En ambas oportunidades participé acompañado de delegados de base en forma independiente”, aclara. “Y puedo decir que nada bueno podemos esperar los obreros de estos dirigentes millonarios, que ningún interés tienen en enfrentar los ajustes, tarifazos y los despidos.”
Aquí se plantea una denuncia clara contra la burocracia en general que busca presionar para negociar. Viana dice que “a pesar de movilizar parte de sus aparatos, lo hacen en forma inconsulta de las bases y con tibios reclamos que no alcanzan ni a incomodar a las patronales ni al gobierno de Mauri.”
Alejandro Calderón es otro delegado de base. Trabaja en Scrap en Tenaris-Siderca y es militante del PTS. Sobre la burocracia opina que “está bien que la UOM tome medidas, pero son medidas que están llegando con retraso en el marco de un gobierno abiertamente PRO-patronal (risas), y además no están a la altura del grado de ataque que estamos recibiendo.”
A esto le agrega que “los compañeros están enojados más allá del porcentaje que se esté reclamando, ya sea el 30 % o el 35 %, porque venimos de años de entrega y ajuste y nunca lo enfrentaron como debían.”
“La crisis es real pero la patronal aprovecha”
Hugo Sívori es trabajador de Ternium Siderar en San Nicolás y dirigente del PTS. Primero se lanza contra “las patronales que vienen aplicando medidas de ajuste brutales, que tienen que ver con un nuevo patrón de acumulación que intentan imponer con rebaja salarial, flexibilización destrucción de puestos de trabajo. Lo hacen mediante despidos, retiros voluntarios, corrimiento de sectores, etc.”
Luego arremete contra la burocracia sindical. “Ha tenido un política de acompañamiento total, no hizo ningún tipo de objeción ni oponiendo alguna resistencia; es más firmó todos los acuerdos previamente reduciendo un 20 %, con el fundamental de una baja de producción del 40 %”.
El mismo Sívori explica cómo, a partir de esto, la patronal declara “el lock out prácticamente, parando los sectores claves de la fábrica. La crisis en la rama es real, pero la patronal aprovecha a descargarla sobre los trabajadores.”
Por las callecitas de la fábrica “se nota que hay mucha bronca, pero también hay escepticismo, porque frente a un ataque tan brutal, y una burocracia que firma todo por arriba estamos atados de pies y manos. El sindicato ni siquiera está llamando a congreso de delegados. Todo esto se les está volviendo en contra porque no abren espacios de diálogo”.
En esa ciudad-fábrica que es Ternium Siderar, donde abundan las contratistas y empresas consultoras, Hugo cuenta cómo “los contratados comenzaron a organizarse para poder defender sus puestos, pero no lograron dar ese salto que necesitaban y superar a los delegados que los entregaron en todo momento sin presionar siquiera a la empresa o hacer asambleas generales”.
Con respecto a la marcha del jueves 5 en Capital, él considera que “no tuvo mayor repercusión por la política de la burocracia de no darle participación a la base.” Lo que se viene notando en la relación con el nuevo gobierno “es justamente un desgaste muy importante, que en un momento había confiado, la mayoría lo votó a Macri, pero luego de todas las medidas que tomó le quitaron ese voto de confianza.”
Una salida de fondo
Mate va, mate viene. Reflexionando entre todos salió el tema de qué tipo de salida pueden tener los trabajadores cuando tienen dirigentes gremiales que entregan a sus bases frente a un gobierno como el de Mauricio Macri, que viene a ajustar sea por la vía que sea.
Eduardo Fernández arranca angustiado con esta frase: “Hoy en día venimos de terror, estamos siendo muy castigados por este gobierno pero también por el anterior”. Y remata con una exigencia superadora: “La única forma de que este gobierno deje de avanzar sobre los trabajadores es con un paro nacional. El 29 de abril tomaron nota, pero se ve que no alcanzó.”
Luciano Molina le sigue el hilo contando cómo viene la agrupación Desde las Bases en Villa Constitución y cómo están interviniendo ahí. “En nuestra seccional hace meses que vengo insistiendo con empezar a debatir sobre un plan de lucha a la altura del ataque patronal. El año pasado Acindar despidió ilegalmente, en una clara persecución política y sindical, a tres compañeros que siempre reclaman contra la empresa y contra malos manejos del gremio”, recordó. Y reflexionando llega a decir que “eso abrió la puerta al avance que dieron este año con el despido de decenas de compañeros ‘contratados’, la aplicación de suspensiones y la presión para profundizar la flexibilización y la multiplicidad de tareas.”
Aquí interrumpe Leandro. “Cuesta creer que teniendo motivos sobrados, la fuerza y la bronca de los trabajadores para llamar a un paro nacional, sólo se limiten a tibios discursos y vacíos de contenido”, sentencia y agrega que “no denuncian de fondo todos los males que nos aquejan”. Y en su remate es categórico: “Por eso desde el PTS, partido en el cual milito, llamamos a que se convoque a un gran paro nacional que ponga un freno real a todos los ataques del gobierno, que sólo está beneficiando a las clases pudientes y empresarias.”
Por último el delegado de Tenaris-Siderca plantea que “una movilización de los cuerpos orgánicos solo sirve para dilatar las cosas. Lo que necesitamos es el llamado a un paro nacional y movilizaciones en las principales ciudades donde radican estas patronales que utilizan la crisis para sacar provecho y mantener su nivel de ganancia”. Y asegura que “es más necesario que nunca organizar a las bases para poner toda esa energía en movimiento, por aumento de salario real, por impedir que haya despidos y suspensiones y por vencer a la flexibilización impuesta.”
Oscar “Chiche” Hernández, delegado histórico en Ternium Siderar (ex Somisa) y también referente histórico del PTS, agrega que “la clase obrera de Villa Constitución tiene una enorme tradición acumulada que tarde o temprano va a dar a luz nuevamente. Cuando logremos recuperar los cuerpos de delegados, comisiones internas y directivas para ponerlas al servicio de los trabajadores. No como lo vemos hoy en día, un botín de guerra de fabulosas cajas de oro por las que mueren por poseer”.
Y aclara que “sólo estamos tocando el tema de Acindar. Hace poco cerró Paraná Metal, dejando más de mil obreros en la calle, desde el inicio del ajuste. Si hablamos del resto de la región, hablamos de un caos. Todos los talleres y fábricas dependen de Acindar, por lo que en cualquier momento van a empezar a sentir grandes golpes.”
Luciano Molina finaliza la charla con el dicho ‘Si Acindar estornuda, Villa se resfría’.” |