El artículo referido no tiene desperdicio. Esta hecho a la vieja usanza de los medios oficiales que durante décadas han desprestigiado a luchadores sociales, activistas y periodistas a favor de uno u otro partido del régimen. El método es añejo: se intenta destruir la reputación de un luchador haciéndolo pasar como “agente de gobernación”. El intento es burdo porque Leo Augusto afirma que Sergio Moissen, durante la huelga de la UNAM de 1999 “fue un valioso alfil del ‘Mosh’ para reventar con métodos porriles las asambleas y golpear, literalmente, a los grupos de moderados para después radicalizar la huelga. ¿Ahora cuál será “la misión” de Méndez Moissen como diputado constituyente de la Ciudad de México?”
En aquella época, Sergio era un menudito muchacho de 12 años que cursaba su primer año de secundaria en el municipio de Ecatepec en el Estado de México. Mi generación, que si participó de la huelga de la UNAM de 1999 y fue estigmatizada por los diarios oficiales de “ultra” y acusada una y mil veces de estar con “gobernación”, enfrentó a los porros del PRD que en aquel momento, ya reprimía con saña al movimiento estudiantil a través del cuerpo de granaderos al servicio del gobierno perredista de Rosario Robles.
Muchos años después, el sol azteca mostraría con creces su verdadera cara, asimilando las perores prácticas del poder político, la asociación con el narco y la corrupción y cayó en desgracia la aciaga noche del 26 de septiembre del 2014 cuando, en un estado gobernado por uno de sus “rutilantes” funcionarios, desaparecieron 43 estudiantes normalistas.
¿Quién le habrá encargado la infundiosa nota a Leo Augusto? ¿Será que allá arriba están preocupados porque por primera vez en décadas un candidato verdaderamente de izquierda comienza a hacer ruido? |